Este guiso andaluz tiene casi 200 años y triunfa en invierno: rápido, barato y nutritivo

Se suele servir en una cazuela de barro y bien caliente

Este guiso andaluz tiene casi 200 años y triunfa en invierno rápida, barata y nutritiva

Este guiso andaluz tiene casi 200 años y triunfa en invierno rápida, barata y nutritiva

En un mundo donde las prisas marcan el ritmo y el tiempo para cocinar se reduce a recetas rápidas y ultraprocesados, hay una corriente que gana fuerza: la vuelta a la cocina tradicional. No solo porque es una forma de alimentarnos mejor, sino también porque nos reconecta con nuestras raíces y nos devuelve a esos olores y sabores que nos transportan a la infancia o a la cocina de nuestras abuelas.

En este sentido, la gastronomía andaluza es un auténtico museo vivo de sabores, con recetas que han sobrevivido al paso del tiempo y que siguen conquistando paladares en pleno siglo XXI. De entre todas las provincias, Córdoba destaca por su repertorio de platos cargados de historia y tradición, desde su famoso salmorejo hasta guisos que se remontan a siglos atrás.

Los guisos son la esencia de la cocina de aprovechamiento: esa que convierte ingredientes humildes en verdaderos manjares. Con su cocción lenta y su combinación de legumbres, verduras y carne, estos platos no solo llenan el estómago, sino que también aportan un sinfín de beneficios para la salud.

Son ricos en proteínas, vitaminas y fibra, saciantes y además económicos: algo fundamental en tiempos de crisis. En la cocina andaluza podemos encontrar un sinfín de ejemplos: potajes, ollas, sopas y estofados que han alimentado a generaciones y que siguen siendo la opción ideal para combatir el frío.

Callos a la andaluza: un plato con casi 200 años de historia

Uno de los guisos más emblemáticos es el menudo o callos a la andaluza: una receta que aparece mencionada ya en el siglo XIX en el "Novísimo arte de cocina" de Juan de Altamiras. A diferencia de otros callos típicos de la gastronomía española, como los madrileños, la versión andaluza lleva garbanzos lo que le da un extra de textura y valor nutricional. Por este motivo a veces también se les conoce simplemente "callos con garbanzos".

El secreto de este plato reside en una buena base de callos bien limpios y troceados, a los que se les añade cebolla, ajo, pimiento y tomate, junto con especias como pimentón dulce y pimienta en grano.

Se cocina a fuego lento hasta que los ingredientes se integran en un caldo espeso y lleno de sabor.

Al final, se incorporan los garbanzos ya cocidos, que con unos minutos de cocción son suficientes para que el guiso quede listo.

Y ya "tenemos terminados estos estupendos callos con garbanzos y listos para dar buena cuenta de ellos", como bien resumen la propuesta del canal 'Andalucía Videorecetas'.

Servido bien caliente y, a ser posible, en una cazuela de barro, este guiso sigue siendo un imprescindible del invierno. En bares y hogares de toda Andalucía, los callos con garbanzos se disfrutan con un buen trozo de pan, reivindicando que la cocina de siempre sigue más viva que nunca.

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