Los médicos piden evitarlo: si encuentras esto en el jamón, no te lo comas

Incluir jamón en la dieta presenta múltiples beneficios gracias a su importante aporte de valiosas proteínas, de vitamina B1, tiamina y otros minerales

Edición Limitada Jamón 100% Ibérico Solera Carrasco.

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Después del aceite de oliva, el jamón serrano es uno de los productos más típicos de la gastronomía española y de los más consumidos en casa. Es realmente difícil abrir cualquier frigorífico y no encontrar este embutido, obtenido y elaborado de forma tradicional a partir de las patas traseras del cerdo, salado después en crudo y curado naturalmente.

Dentro de la categoría de jamón, en España podemos encontrar dos tipos de jamón: el de cerdo ibérico, que a su vez se divide en jamón de recebo, de cebo y de bellota; y el jamón de cerdo blanco o serrano, que se obtiene de cualquier otra raza que no sea el cerdo ibérico.

Además de por su excelente y particular sabor que atrae a millones de turistas todos los años, incluir jamón en la dieta presenta múltiples beneficios gracias a su importante aporte de valiosas proteínas, de vitamina B1, tiamina y otros minerales y vitaminas necesarios para el buen funcionamiento de nuestro organismo.

Si encuentras esto en el jamón, no te lo comas

A pesar de todos sus beneficios y de ser uno de los productos más cotizados del menú tradicional español, el jamón ibérico o serrano sigue siendo un alimento con el que hay que extremar las precauciones para evitar posibles intoxicaciones alimenticias: como otros fiambres y embutidos, tiene fecha de caducidad y hay que estar pendiente de ciertos factores que alertan sobre su estado de conservación.

Antes de ingerir esas lonchas de jamón que tenemos en el frigorífico, los médicos y expertos piden que observemos bien cómo huele y su apariencia física antes de probarlo. En caso de que no notemos nada extraño, procedemos a probarlo y, si no tiene un sabor extraño, podemos comerlo con tranquilidad.

Pero hay una señal a la que hay que prestar especial atención: se trata de unos puntos blancos que pueden aparecer en la carne y que pueden denotar la presencia de ácaros en el jamón. Esta infección consiste en unas motas blancas que, si miramos detenidamente, se mueven y aparecen en los secaderos y bodegas durante la etapa de maduración de la pieza.

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