El gran peligro de la freidora de aire sobre el que nadie habla

Muchas personas no cumplen el estricto mantenimiento que deben seguir las freidoras de aire

Las cocinas de toda España se han llenado este año de un nuevo electrodoméstico: las 'air fryers' o freidoras de aire, el último grito en alimentación saludable que promete ofrecer una alternativa equilibrada a los platos anti-dieta más clásicos.

Con la freidora de aire, podemos preparar desde unas ricas patatas fritas, sin necesidad de litros y litros de aceite, hasta un pollo entero. Un sin fin de recetas que, además de rápidas, son mucho más adecuadas para las personas que quieren llevar una rutina balanceada o que quieren cambiar sus hábitos a causa del colesterol o para adelgazar.

Las ventajas de las freidoras de aire son muchas, y por eso, miles de personas se han apuntado a esta especie de 'fiebre' de las 'air fryer'. Pero, aunque siempre se pone el foco en los obvios beneficios de esta nueva forma de cocinar, también hay algunos inconvenientes de las freidoras de aire que es recomendable conocer antes de comprarlas.

El mayor riesgo de la freidora de aire

Si hay un elemento fundamental en cualquier cocina es la higiene: los bares y restaurantes pasan exhaustivos controles de sanidad para evitar que proliferen todo tipo de hongos y bacterias derivados de una mala manipulación de los alimentos. Además, los profesionales que trabajan en ellas deben hacer periódicamente cursos donde aprendan cómo conservar adecuadamente cada ingrediente, cuáles son las fechas de caducidad a respetar o cómo evitar la contaminación cruzada.

En las cocinas particulares, si bien no existe tal control, también es importante que prestemos mucha atención al aspecto sanitario. Mantener una limpieza estricta en la cocina es fundamental, y para ello podemos recurrir a formación especializada o a productos de limpieza.

El mayor riesgo de la freidora de aire, precisamente, es el de las intoxicaciones alimentarias: cuando terminamos de utilizar este electrodoméstico, hay que limpiarlo adecuadamente para que no se acumulen dentro de él restos de comida y suciedad donde después puedan creer bacterias y otros microorganismos.

Para lavar correctamente la 'air fryer' y, así, evitar el riesgo de intoxicación alimentaria hay que seguir una serie de pasos que, aunque son bastante sencillos, deben aplicarse de forma meticulosa.

En primer lugar, hay que apagar la freidora de aire: después, retirar con papel absorbente para cocina o un paño húmedo todos los restos de grasa o comida que hayan quedado adheridos al interior.

Después, con jabón y agua caliente, hay que higienizar todas y cada una de las partes de la freidora de aire que están en contacto con los alimentos y dejar secar al aire libre.

Por último, hay que limpiar por fuera el aparato y ensamblarlo cuando todas las piezas estén secas.