Las zapatillas blancas están de moda: sirven tanto para hacer ejercicio con mucho estilo como para un outfit desenfadado con el que acudir a una cena informal, a echar una cerveza con amigos, al trabajo o a una clase en la universidad. Además de la versatilidad de las zapatillas blancas, son extremadamente cómodas: pero el gran uso que le damos es también su maldición principal.

Al ser un zapato tan práctico, las zapatillas blancas sufren un problema inevitable y que es consecuencia única y exclusivamente de su uso. Cuanto más nos las ponemos, más se ensucian; y la consecuencia principal de esto es que el blanco deja de ser tan blanco como el primer día que las compramos.

Para evitar que nuestras zapatillas blancas pierdan el color nuclear que tan bonito queda en cualquier situación, aquí tenemos varios trucos que son perfectos para mantenerlas limpias e impolutas.

El primer paso para limpiar las zapatillas blancas

En primer lugar, tenemos que retirar los cordones de las zapatillas (en caso de que los tenga y no sean de velcro o cerradas). Este paso es importante para que sea más sencillo manipularlas y acceder a las zonas más difíciles de tratar del zapato, como los pliegues entre las aletas donde se insertan los cordones y la lengüeta que nos facilita su colocación.

Limpiar los cordones de las zapatillas

Para limpiar los cordones de las zapatillas, debemos sumergirlos en un recipiente con agua durante 15 minutos. Si transcurrido este tiempo no se han quedado limpios, podemos añadir cuatro tazas de vinagre blanco, cuatro tazas de bicarbonato de sodio y dos de agua para actuar con más eficacia y dejar los cordones a remojo durante 30 minutos.

Prelavado para eliminar las manchas de las zapatillas blancas

Ya entrados en materia del zapato, tenemos que mojar las zapatillas con agua fría (es importante no emplear agua caliente para no deformarlas) y, después, ir quitando la suciedad superficial y las manchas amarillas con un paño o papel de cocina.

Mezcla de bicarbonato y vinagre para blanquear las zapatillas

El preparado definitivo para blanquear las zapatillas consiste en cuatro tazas de bicarbonato de sodio por dos tazas de vinagre blanco: al mezclarlos, se producirá una espuma blanca que es la que tenemos que empezar a frotar con un cepillo de dientes o cepillo blanco contra las zapatillas.

Una vez hayamos impregnado toda la superficie del zapato con la mezcla y hayamos desincrustado bien la suciedad con el cepillo, hay que dejarlas reposar durante 20 minutos. Después, solo tendrás que enjuagarlas.

Jabón de Marsella para quitar la suciedad más difícil

Si el truco del bicarbonato y el vinagre no ha sido suficiente, siempre puedes recurrir al Jabón de Marsella: esta fórmula es bien sencilla, solo necesitas comprar una pastilla de puro jabón marsellés, humedecerla y frotarla contra la zapatilla. Primero debes empezar por las zonas más sucias, por ejemplo, los "rodapiés" del zapato.

Si no están excesivamente sucias, puedes saltarte el paso del bicarbonato y pasar directamente a este: en ese caso, solo tendrás que prescindir de la mezcla anterior y frotarlas con el jabón de Marsella como hemos descrito anteriormente. Una vez que hayas quitado la suciedad más difícil frotando, puedes elegir pasar al siguiente paso con la lavadora y a mano. Te recomendamos mirar las indicaciones del fabricante para decidirte.

Lavado a mano con un cepillo de dientes

Te sirve tanto un cepillo nuevo comprado específicamente a este efecto como un cepillo de dientes antiguo que tengas por casa: puedes utilizarlo para limpiar las zapatillas y dejarlas inmaculadas tanto con la mezcla del bicarbonato como con el jabón de Marsella. Con ellas puedes limpiar desde las zonas más difíciles en la suela y el interior del zapato hasta las costuras de la zapatilla.

Una vez que hayas aplicado el cepillo de dientes, debes enjuagar las zapatillas con agua muy fría y dejarlas secar al aire para que no cojan humedad.

Lavado a máquina en la lavadora

Una alternativa más rápida y cómoda al cepillo de dientes es la lavadora: solo necesitas meterlas con el detergente habitual, agua fría y un programa de lavado corto o ecológico. Aunque lo más recomendable es que las metas solas, tampoco pasa nada si las lavas junto al resto de tu colada. Lo que sí es muy importante es que evites meterlas en la secadora: está prohibido bajo ningún concepto, ya que podrían estropearse.

Por último, un buen truco para meter las zapatillas blancas en la lavadora es utilizar una bolsa de red e introducir también en ella las cordoneras por separado.