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El truco definitivo para beber cerveza sin engordar

El mito de la barriga cervecera le ha dado muy mala prensa a esta bebida tan querida por los españoles

Sobre la cerveza pesa una maldición: quienes la aman, aparentemente, tienen que resignarse a un quid pro quo, el placer de beberla a cambio del drama de engordarla. Probablemente el adjetivo de "barriga cervecera" no haya ayudado, la temida panza redonda a priori solo tienen quienes se entregan a la cerveza sin contemplaciones es la peor prensa que ha podido recibir esta bebida que es una de las preferidas por los españoles para sus aperitivos, sobre todo en verano.

Los mitos sobre la cerveza y las calorías

Pero, ¿hay algo de cierto en eso de que la cerveza engorda? Desde luego, como cualquier alimento, tiene calorías y aporte nutricional: está hecha a partir de lúpulo, cebada, otros cereales y agua. Esto se traduce en un añadido al organismo de proteínas, vitaminas y sobre todo hidratos de carbono. Además de el alcohol que es uno de los principales componentes por los que debemos llevar cuidado con ella.

Aunque la reducción del consumo de alcohol es una de las prácticas básicas para un estilo de vida saludable en general, y sobre todo para perder peso, no tiene tantas calorías como podemos imaginar: tan solo 43 calorías por cada 100 mililitros, lo que se traduce en unas 100 calorías para una caña.

Contando con la recomendación de la Organización Mundial de la Salud que establece las calorías ideales entre 1600 y 200 para mujeres y entre 2000 y 2500 para hombres, estaríamos hablando de tan solo un 5% del total.

El cuento de la barriga cervecera

Entonces, ¿de dónde sale la tristemente famosa barriga cervecera? Al contrario de lo que piensa la mayoría, no viene de la bebida en sí: sino de con qué la acompañamos. Las tapas y aperitivos con los que solemos acompañarla serían los responsables de las calorías de más; y es algo completamente normal, ya que la ingesta de alcohol provoca el incremento del apetito.

Por eso, el "método" innovador para beber cerveza sin engordar es así de simple: renunciar al acompañamiento (los cacahuetes, cortezas, olivas y otros aperitivos que la acompañan). Si combinamos esto con una ingesta dentro de la media recomendada, podemos esquivar la temida 'barriga cervecera'.

Para el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), esta cantidad recomendada sería una o dos cervezas diarias en el caso de las mujeres y una en el de los hombres. Aun así, esta media no aplica para las personas que tienen un tratamiento farmacológico, que están gestando o en periodo de lactancia.