Las entrevistas de trabajo pueden ponernos nerviosos, hacer que nos bloqueemos y que digamos cosas que, en una situación con menos presión, jamás pronunciaríamos. Es normal, en la mayoría de ocasiones nos estamos enfrentando a una persona que decidirá si el puesto de trabajo es nuestro o no, y dar respuestas equivocadas durante este “interrogatorio” es habitual. 

Los reclutadores y el personal de recursos humanos cuentan con ello, saben que vas a estar sometido a tensión durante la conversación y que, por tanto, tus respuestas pueden no ser las mejores. Aun así, si quieres aumentar las probabilidades de quedarte con el puesto de trabajo, lo recomendable es que prepares la entrevista antes de ir a ella. 

Consejos para una buena entrevista de trabajo

Además de las respuestas que jamás deberías de dar si estás en una entrevista de trabajo, también es importante tener presente qué cosas sí debes decir o hacer para causar buena impresión al entrevistador o entrevistadora. 

Piensa, antes de dirigirte a la entrevista de trabajo, qué tipo de comportamientos pueden causar buena impresión en la persona que va a hacerte las preguntas: más allá de su formación como reclutador, todos somos humanos y al fin y al cabo nos gustan las mismas cosas. 

Por ejemplo, siempre da buena impresión llegar unos minutos antes de la entrevista (tampoco media hora) demostrarás interés y una conducta muy valorada en el puesto de trabajo. 

También es recomendable sonreír durante la entrevista y mantener una actitud positiva, así como mirar a los ojos a la persona que te está entrevistando. Por último, es fundamental escuchar atentamente lo que el entrevistador está diciendo para poder responder exactamente a lo que está preguntando. 

Cosas que nunca debes decir en una entrevista de trabajo

Más allá de los consejos para dar una buena impresión en una entrevista laboral, también debes tener en cuenta tres cosas que jamás deberías de hacer si estás optando a un puesto de trabajo. 

No des datos innecesarios

Cuando te pregunten por algo en particular de tu vida como dónde vives, qué has estudiado o qué trabajo desempeñas en tu puesto anterior, intenta no perderte en los detalles: todos los trabajos buscan la claridad y la eficiencia y, a menos que la persona que tienes enfrente te demuestre lo contrario, debes saber resumir y transmitir un mensaje de la forma más concreta posible. 

Si, por el contrario, comienzas a dar muchos detalles innecesarios, puedes dar a entender que eres una persona con tendencia a divagar, evasiva o que tiende a perderse en las conversaciones.

Despreciar la oferta de trabajo

Si te preguntan cómo diste con la oferta de empleo o por qué estás haciendo la entrevista, nunca digas que es lo único que encontraste: intenta evitar dar la impresión de que esta oportunidad es un segundo plato o que vas a conformarte con lo que te den. 

Lo ideal es que cuando te hagan este tipo de preguntas, aproveches para hablar de los valores que compartes con la empresa o qué cosas que hayas podido investigar previamente te gustan de ella. 

Ser arrogante 

Es importante demostrar ambición sin caer en la arrogancia. Por ejemplo, si el entrevistador te pregunta “¿dónde te ves en tres años?”, nunca digas frases que puedan malinterpretarse como “en un puesto de trabajo como el tuyo” o “siendo director de la empresa”.