Llega el invierno y con él las lluvias cada vez son más frecuentes por lo que encontrar el momento adecuado para tender la ropa sin que se moje puede resultar complicado. Es por esto por lo que mucha gente opta por tenderla directamente en el interior de su casa, buscando que se seque ahí. Sin embargo, esto tiene efectos negativos, tanto para tu bolsillo, como en para salud, a continuación te explicamos el porqué.

A todos nos ha pasado que tenemos la ropa tendida fuera y comienza a llover un poco y, como solución de emergencia, la hemos tendido dentro. Por hacer esto una vez no hay ningún problema, pero sí aparece cuando se hace en repetidas ocasiones, lo cual no sería extraño en zonas donde la lluvia es un fenómeno habitual, sobre todo en invierno.

Y es que estas han sido las conclusiones a las que ha llegado un estudio de la Escuela de Arquitectura Mackintosh (Escocia), que ha concluido que tender la ropa dentro de casa afecta de la siguiente forma:

Tender en casa cuesta dinero

El estudio señala que tender la ropa dentro de casa afecta a nuestro bolsillo, haciéndola una opción poco eficiente. Y es que, para que la ropa no siga mojada, o se quite la humedad lo más rápidamente posible, es necesario abrir las ventanas en invierno, lo que se traduce en un mayor gasto de energía a la hora de calentar la casa. S i bien es cierto que hay que abrir las ventanas de vez en cuando para airear nuestro hogar, no es recomendable permanecer largos periodos de tiempo con ellas abiertas por el motivo comentado.

Tender la ropa dentro de casa cuando llueve incrementa el consumo de energía en el hogar.

Cuidado con tu salud

El mismo estudio advierte que, por increíble que parezca, secar la ropa dentro de casa puede afectar negativamente a nuestra salud. Esto es debido a que aumenta la formación de esporas de moho y ácaros del polvo. Los investigadores señalan que una espera, responsable de infecciones en los pulmones, sobre todo en personas que cuentan con un sistema inmunológico debilitado, se encuentra presente en 25% más de lo habitual en los hogares que realizan esta práctica. Además, una mayor generación de polvo puede derivar en mayor producción de ácaros, que pueden causar problemas respiratorios o alergia.

Entonces... ¿Qué hacemos?

Ante esta situación, inevitablemente surge la duda de qué hacer cuando tenemos que tender la tropa y está lloviendo. La opción más lógica sería optar por una secadora, pero esto incrementaría el gasto energético. Los investigadores proponen pequeños trucos como reducir la cantidad de agua de las prendas que salen de la lavadora, por ejemplo, llevando a cabo un segundo centrifugado, y secarlas en perchas para que el aire pase por dentro de la prenda.

También da como alternativa que, en caso de tener que tender dentro de casa, se haga en habitaciones donde no se pasa mucho tiempo. Otra medida, aunque más compleja pero que igualmente propone el estudio, sería meter la ropa dentro de una bolsa y esta a su vez llevarla al congelador. Una vez se haya congelado habrá que colgarla, haciendo que, gracias a la sublimación, el agua pase de estado sólido a gaseoso.