Se aproxima el invierno y con él el frío y la necesidad de abrigarse. Mucha gente desempolva sus armarios para sacar de los calefactores y abrigos, mientras que otros tienen que acudir a comprar nueva ropa y productos. Una de las prendas más populares para luchar contra el frío, sobre todo al salir de la ducha, es el albornoz, así que, si quieres comprar uno te decimos qué consejos y factores debes tener en cuenta a la hora de elegirlo.
Consejos para comprar un albornoz
Estos son algunos consejos fáciles de tener en cuenta si quieres comprar un albornoz
Talla
En el caso de un albornoz hay que escoger siempre una talla más de la habitual, para que así quede holgado y resulte más cómodo. Además, si va muy apretado aumentará la sensación de frío al estar en contacto con el algodón húmedo, que además genera roces en las axilas.
Atención al tejido
En este punto hay que tener en cuenta dos aspectos, por un lado el grosor y por otro el tejido. En cuanto al grosor, una tela más gruesa, no solo hará que el albornoz seque más rápido, también lo hará más cómodo.
Respecto al tejido hay determinados tipos que tienen una mayor absorción y transpiración, además de resistir mejor a los lavados. Es por esto por lo que lo mejor es que sea 100% algodón.
Precio
Por supuesto el precio es un aspecto a valorar siempre. Para comprar un buen albornoz que proteja del frío, no hace falta acudir a las primeras marcas, sino fijarse en la calidad de los productos y establecer una relación con el precio de los mismo. Se recomienda mirar el gramaje del algodón y el peso de la prenda para determinar si cuenta con mucha fibra sintética o no.
La capucha
Si tienes el pelo largo no se recomienda comprar un albornoz con capucha. Otro aspecto a tener en cuenta es que, si la tienen, será más difícil secarlo. Para las mujeres lo más recomendable es que sustituyan la capucha por una toalla para el pelo.
Longitud
Puede parecer poco importante pero para nada es el caso, ya que el albornoz también seca las piernas. Sin embargo, es también una prenda con la que nos solemos desplazar por la casa, con lo que hay que buscar el equilibrio entre que no quede excesivamente largo, lo cual nos impida movernos, ni excesivamente corto, que haga que las piernas no se sequen.
