Reportaje
Conocer la fauna para protegerla
Biología y educación se dan la mano en el grupo de investigación Gesbio de la UCO, cuyo objetivo es el desarrollo de proyectos que permitan mejorar el mantenimiento del patrimonio natural conjugados con enfoques pioneros que impliquen a la población

Miembros del grupo de investigación Gesbio. / CÓRDOBA
En 2017 veía la luz el grupo de investigación RNM-930, Educadores para la conservación de la biodiversidad (Gesbio) de la Universidad de Córdoba que actualmente está conformado por cinco investigadores permanentes más varios doctores contratados y doctorandos cuya procedencia es diversa, tanto del campo de la biología como del área de educación, al igual que del campo de la agricultura. «En conjunto esta diversidad nos permite un enfoque multidisciplinar que, de hecho, es lo que nos ha permitido abordar con éxito proyectos importantes, tanto a nivel provincial como regional, nacional y europeo», afirma el director del Grupo, Francisco Miguel Sánchez Tortosa.
El objetivo genérico del grupo es el desarrollo de proyectos que permitan mejorar el mantenimiento del patrimonio natural. Para ello, «se desarrollan proyectos que tienen una vertiente de biología en la que se hacen estudios de fauna que permitan conocer los factores que afectan a su estabilidad y, por otro lado, se incluyen enfoques educativos mediante desarrollo de técnicas pioneras para involucrar a la población local, especialmente a los escolares, en el conocimiento de su biodiversidad», explica Sánchez.
Líneas de trabajo
Sus principales líneas de investigación se centran en determinar qué medidas de manejo del territorio, principalmente en ecosistemas agrarios, permiten el mantenimiento de la biodiversidad. Paralelamente, se trabaja con centros educativos para dar a conocer tanto la biodiversidad como las medidas de gestión que pueden paliar el deterioro ambiental.
Internacionalización
El grupo participa en distintos proyectos internacionales como el llamado EMEP, que desarrollan junto a otros grupos de investigación de la UCO en Ecuador y que pretende analizar el estado de las pesquerías de ciertas especies y su procesado potencial para darle valor añadido para tratar de mejorar la renta de las empobrecidas poblaciones locales. Por último, el análisis económico de todo el proceso permite tener una visión realista de su viabilidad. «El proyecto ha sido objeto de un premio al mejor proyecto andaluz de cooperación, otorgado por los consejos sociales de las universidades públicas de Andalucía», apunta el responsable del grupo.
Junto al anterior, también participan en Biosar, un proyecto liderado por Gesbio en el que participan otros ocho países europeos y cuyo objetivo es un análisis del efecto que las plantas solares que se desarrollan en toda Europa tienen sobre la biodiversidad, sin olvidar los factores sociales y económicos. «El proyecto ha sido el quinto proyecto mejor evaluado a nivel europeo de esa convocatoria gracias, una vez más, a la visión multidisciplinar del proyecto (biología de la conservación, economía, factores sociales)», resalta Miguel Sánchez.
Además de la labor investigadora, los miembros del grupo, que imparten docencia en las facultades de Ciencias (grados de Biología y Medio Ambiente) y Ciencias de la Educación y Psicología, participan en distintas asignaturas del Máster sobre Gestión ambiental y biodiversidad de la UCO desde la aparición de dicho máster.
Transferencia
La importancia que el grupo otorga a la transferencia de los resultados de investigación es fundamental. «La propia naturaleza de nuestros proyectos es muy aplicada, ya que nos permite generar propuestas de gestión del territorio y desde el punto de vista educativo, estamos observando como se mejora notablemente el aprendizaje sobre biodiversidad mediante el desarrollo de actividades de inmersión en la naturaleza con los alumnos», subraya Miguel Sánchez, quien indica que, de cara al futuro «mantendremos las mismas líneas de investigación, tratando de aunar conservación con educación e implicación social. No se protege lo que no se valora y no se valora lo que no se conoce», apostilla.
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