Opinión
Entrenador de la selección de balonmano masculino de la Universidad de Córdoba
Antonio Pineda Bonilla
El deporte universitario es fundamental como complemento específico a la formación integral de los estudiantes que viene a proporcionar la universidad. Este invita a los alumnos y alumnas al mantenimiento activo en la modalidad deportiva que ya venía practicando antes de su entrada en la universidad o a probar nuevas alternativas.
La actividad deportiva universitaria favorece la eliminación del estrés acumulado por las propias exigencias universitarias, disminuye la ansiedad generada por la obtención y necesidad de buenos resultados académicos y retos; gesta, permite y fortalece relaciones entre estudiantes de diferentes facultades, otorga a cuerpo y mente mejor disponibilidad para el enfrentamiento a metas, y mediante la competición interuniversitaria fomenta el encuentro y el intercambio de experiencias, entre universidades autonómicas, españolas y europeas.
La práctica del deporte, a nivel universitario, viene a dar continuidad, a mejorar y reafirmar diferentes variables que ya se han venido trabajando a nivel de deporte de base, como puedan ser la confianza en uno mismo y una misma, reforzar valores como la persistencia, el esfuerzo continuado, la humildad, la generosidad, la solidaridad y el respeto a las normas establecidas desde las diversas federaciones deportivas, que favorecen el crecimiento integral del educando, en su devenir deportivo y académico, unido a su recorrido personal.
En esta etapa del desarrollo post-adolescente se sigue favoreciendo con el mantenimiento de la práctica deportiva universitaria, la expresión espontánea, el respeto hacia la misma persona y hacia los demás, y, por supuesto, el crecimiento de la creatividad conjugado con el intercambio del conocimiento y el dominio de la técnica y táctica individual y colectiva del deporte que se comparte.
No debemos olvidar una de las esencias más importantes, la parte lúdica que viene a conceder un atractivo altamente significativo, el «tercer tiempo» de estas actividades deportivas universitarias, donde se conjugan el clima relajado de los participantes, el fomento de la amistad, el intercambio de experiencias, la disposición a nuevos aprendizajes y la, por qué no, seducción universitaria, que puede inducir al intercambio universitario entre facultades a nivel autonómico o nacional; unido a la superación personal, el reforzamiento del trabajo en equipo, la valoración de la actitud de esfuerzo, el desarrollo de la autoestima y habilidades sociales, y la colaboración interuniversitaria, que potencia toda esta cooperación que lleva aparejada esta particular práctica deportiva.
Resulta y será siempre acertada la apuesta y el incremento de esfuerzos, para su afianzamiento y crecimiento en cualquier universidad.
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