FEMINISMOS SIGLO XXI: DEL PACTO DE CABALLEROS A LA DEMOCRACIA PARITARIA

Paridad y presencia femenina en el poder, a debate hoy en la UCO

El ciclo recibe esta tarde a Soledad Murillo y Blanca Rodríguez | Abordan la resistencia al cambio a pesar de la mayor presencia femenina

La profesora Blanca Rodríguez.

La profesora Blanca Rodríguez. / CÓRDOBA

Esta tarde, a partir de las 18.30 horas, en el salón de actos del Rectorado de la Universidad de Córdoba, la profesora de Sociología de la Universidad de Salamanca Soledad Murillo y la profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla Blanca Rodríguez debatirán sobre cuestiones cómo si el poder sigue siendo una cuestión de hombres, si siguen siendo necesarias las acciones positivas para impulsar la presencia de las mujeres en el ámbito público o por qué la mayor presencia de éstas en el poder no está provocando cambios en las estructuras, entre otras. Será en una nueva cita del ciclo Feminismos siglo XXI: Del pacto de caballeros a la democracia paritaria, que organizan las cátedras Leonor de Guzmán y Unesco de la UCO.

Rodríguez y Murillo estarán acompañadas por el catedrático de Derecho Constitucional de la UCO, Octavio Salazar, que les planteará estas y otras cuestiones a ambas expertas. Cabe mencionar que Murillo ha sido secretaria general de Políticas de Igualdad y secretaria de Estado de Igualdad, así como directora general de Igualdad, mientras que Rodríguez es una de las mayores expertas en paridad, ciudadanía y derecho con perspectiva de género.

La profesora Soledad Murillo.

La profesora Soledad Murillo. / CÓRDOBA

Sector público

Murillo y Rodríguez analizarán la integración de la mujer en el sistema público, que es uno de los pilares de la Ley de Igualdad, aprobada hace 16 años.

Para Rodríguez, «las estructuras en las que definimos la igualdad, incluso la igualdad de oportunidades, tienen ya las cartas marcadas. Igualdad de oportunidades para opciones que están predefinidas no por nosotras. Las reglas del juego no las hemos puesto nosotras, el campo no lo hemos definido nosotras y entramos con una desventaja estructural y me parece que ha llegado el momento de que el feminismo se plantee esas cuestiones».

Ambas expertas coinciden en que la paridad en listas electorales no se traduce en poder político paritario para las mujeres y de ahí la necesidad de replantear «nuestro modelo de convivencia», indica Rodríguez quien admite la dificultad de cambiar una estructura tan consolidada y «tan implicada con intereses económicos» a los que les interesa «la división de tareas» porque para que haya personas disponibles para trabajar tiene que haber personas disponibles para la gestión de cuidados y el trabajo doméstico.

Por ello, la revolución debe venir desde el ámbito doméstico, desde la corresponsabilidad. En este sentido Murillo considera que es necesario «desobedecer el guión establecido para las mujeres», pero eso no se puede hacer a solas porque implica ir contra una misma, contra la corriente.

En este sentido, Soledad Murillo habla de que el feminismo ha facilitado la conquista de derechos, pero perder privilegios para compartir es muy duro y por eso las mujeres tenemos que ser «irreverentes» y «explicar lo que nos ha costado llegar a donde estamos, porque las nuevas generaciones lo ven como algo natural, y no lo es. Para esa revolución que tienen que hacer las chicas jóvenes necesitan figuras femeninas que hablen muy claro de las transgresiones que han tenido que llevar a cabo».

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