El pasado curso se fusionaron las aulas de Oratoria y Debate ¿A qué respondió está fusión?

La política de la UCO es reforzar las estructuras culturales y de dinamización de la comunidad universitaria, como las cátedras de desarrollo territorial y socioeconómico y las aulas de proyección sociocultural. Entre los elementos de optimización se ha trabajado en una normativa actualizada y en unificar y hacer sinergia con las estructuras que se dedicaban a la misma actividad. En este caso se trataba de que la UCO tuviese una estructura de debate sólida que comprendiera las varias iniciativas que había en ese terreno, por pura coherencia.

¿Cómo ha afectado la pandemia al Aula? ¿Qué proyectos tienen para este curso?

Las actividades regulares se siguieron realizando, aunque virtualmente. Este curso, ya presencialmente, se está llevando a cabo nuestro programa de formación en oratoria y debate. A final de este mes se celebrará la 5ª simulación de las Naciones Unidas Ucomun, y en primavera será el Torneo de Debate Tres Culturas. Entre otros proyectos, tenemos en marcha iniciativas de colaboración con centros educativos y otras entidades, entre ellas Diputación e Instituciones Penitenciarias. Para todo ello contamos con el apoyo del Vicerrectorado de Cultura, Comunicación y Proyección Social de la UCO, y del Consejo Social de nuestra Universidad.

En España nos gusta discutir, somos de arreglar el mundo, y sin embargo la oratoria y el debate universitario no están tan extendidos aquí como en otros países. ¿A qué cree que se debe?

Sobre todo porque sorprendentemente la retórica y la oratoria no forman parte con carácter general y obligatorio de los planes de estudios universitarios. La UCO, gracias a profesores como José Javier Amorós y Diego Medina, constituye una excepción pues en el grado de Derecho se imparte una asignatura específica de oratoria que junto a la retórica y la dialéctica son propias de la cultura grecolatina.

Pensar en debate nos lleva inevitablemente al marco político. ¿Se ha degradado tanto el discurso político como parece?

Salvo honrosas excepciones, nuestros actuales políticos no destacan por su brillantez retórica. No se suele argumentar racionalmente, y tampoco es frecuente encontrar declaraciones o discursos trabajados, estructurados, y pronunciados correctamente.

¿Hay interés por parte del alumnado en participar en el Aula? ¿Qué cree que atrae a los alumnos a participar en sus actividades?

Mucho. Supone una oportunidad de desarrollar habilidades y competencias tremendamente útiles, de relacionarse con otros universitarios, viajar y participar en torneos de debate, e incluso de revertir a la sociedad parte de lo que se aprende en la Universidad.

Las habilidades de la oratoria y del debate son aplicables a cualquier ámbito de la vida, ¿cree que se deberían enseñar desde edades tempranas?

Eso recomendaban los clásicos, sobre todo Quintiliano. De hecho, se hace en algunos colegios e institutos, y muy bien. A mi juicio, no obstante, ese aprendizaje debe comenzar por la previa adquisición de un mínimo de conocimiento.