Teresa Jiménez Casas es una joven graduada en Administración y Dirección de Empresas de la Universidad de Córdoba que decidió disfrutar de la beca Erasmus que le habían concedido en plena pandemia, desde septiembre de 2020 hasta julio de 2021, en la Universidad de Gante (UGent), Bélgica.

¿Por qué decidiste optar a una beca Erasmus?

Para mí, el Erasmus era la ilusión por la que estudiaba en la Universidad. Mi carrera profesional en realidad está relacionada con la música, soy guitarrista flamenca, y cuando me enteré de que prácticamente no existían programas de intercambio entre conservatorios superiores (la enseñanza que se equipara a los estudios universitarios en la carrera musical) decidí meterme en la Universidad. Me encanta viajar y no quería perder la oportunidad de estudiar un año en el extranjero.

¿Por qué elegiste Gante?

La razón por la que elegí Gante como mi destino Erasmus es muy bonita. Cuando yo tenía 15 años, mi familia organizó un viaje alrededor del oeste de Europa. Visitamos Francia, Bélgica y Holanda en coche. Fue una experiencia preciosa y me quedé enamorada de Gante. Más tarde, me enteré de que era la ciudad universitaria por excelencia de Bélgica. Nada más que en la UGent hay más de 40.000 estudiantes matriculados y existen seis universidades diferentes y un conservatorio en la ciudad. Además, la UGent posee una de las mejores puntuaciones entre las universidades europeas, así que no lo dudé: quería ver y formar parte del movimiento universitario europeo y tener una docencia de calidad.

Tú hiciste tu estancia en plena pandemia del covid-19. ¿Qué te llevó a decidirte a hacerla y no retrasarla como hicieron miles de estudiantes?

La verdad es que dudé mucho pero al final decidí hacerlo. Siempre he pensado que cuanto más difícil se ponga el camino más aprende una persona. Además, confiaba en que no estaría sola y que de una manera u otra aprendería a vivir un Erasmus distinto. Pensé que sería una experiencia con menos fiestas y en la que conocería a muchísimas menos personas de lo normal, pero a la vez haría amistades muy fuertes con los compañeros que se atrevieran al igual que yo a llevar a cabo esta aventura.

¿Qué restricciones había en Bélgica entonces?

Cuando llegué en septiembre, el país tenía muy pocas restricciones. Los bares estaban abiertos sin límite de capacidad y podías caminar por la calle sin mascarilla. Sin embargo, un mes más tarde cerraron todo a excepción de los supermercados y tiendas de comestibles hasta prácticamente abril. No podíamos salir más de cuatro personas juntas por la calle, e incluso, en la residencia donde vivía, no se nos permitía comer más de 8 personas en la cocina, ni estar juntos por la noche, ni invitar a más de una persona a nuestras habitaciones.

¿Cómo ha sido la experiencia? ¿Te sentiste segura?

La experiencia, a pesar de todo, ha sido increíble. Me he superado como persona de una forma que jamás me había imaginado. He formado dos familias de 15 personas, una en el primer cuatrimestre y otra en el segundo, con las que he inventado mil y una maneras de disfrutar a pesar de todos los impedimentos. Yo diría que esta estancia en el extranjero me ha hecho muchísimo más segura de lo que era, pero sin duda eché mucho de menos a mi familia.

¿Qué te ha aportado la beca Erasmus?

Uff… Esta pregunta es muy difícil de responder. La beca Erasmus me ha aportado la experiencia de autosuperación más importante de mi vida. De hecho, tuve la suerte de obtener una beca más llamada ‘Corresponsal Erasmus en Flandes’, con la que pude trabajar como periodista y difundir la cultura belga en España. Además, me ha dado una oportunidad laboral que jamás pude imaginarme antes. Y es que este verano la mitad de los amigos que hice en Gante decidimos quedarnos a trabajar o a continuar estudiando en esta ciudad. Unos están estudiando un máster, otros han sido seleccionados para realizar sus doctorados y, en mi caso, me han contratado como mánager internacional de una banda de música, además, doy conferencias sobre la guitarra flamenca en centros educativos del país.