Del 6 al 19 de noviembre y dentro del programa de actividades de la semana de la ciencia, la Universidad de Córdoba ha acogido la segunda edición del congreso científico de jóvenes investigadores, en el que un total de 36 noveles en el ámbito de la investigación han podido exponer los resultados de sus trabajos. Un congreso que ha resultado ser «una buena forma de entrenarnos para futuras ponencias», cuenta Begoña Fernández, investigadora novel premiada como una de las mejores comunicaciones orales por su trabajo presentado y expuesto durante esta segunda edición. Junto a Begoña, fueron premiados cuatro investigadores más como mejor comunicación oral y otros dos como mejor comunicación tipo póster, todos de distintas disciplinas, como Carmen Martín Fernández, del área de Ciencias Sociales, Económicas y Jurídicas, que destaca que «iniciativas como esta ayudan a que nos sintamos apoyados y algo importantes».

Para estos 36 investigadores noveles, la vocación no les vino del mismo modo. Algunos, como Carmen Martín o Antonio Carlos Fuentes, otro de los premiados como mejor comunicación oral del congreso, confiesan que su interés por la vocación investigadora no nació con ellos. Antonio Carlos encontró su camino en los primeros años de estudios en el ámbito de la biomedicina, debido, según afirma a su «actitud crítica y el deseo de conocimiento bioquímico». Mientras que para Carmen fue un «buen maestro» el que le descubrió el camino de la investigación, ya que «mi profesión no es la típica en la que se identifica un investigador con un profesional», planteándose solo el camino público o privado de la abogacía. Pero fue el catedrático Rebollo Puig el que marcó «un antes y un después» en la carrera de esta joven jurista. «Me di cuenta de que no solo me gusta trabajar con el Derecho. Me gusta estudiarlo, analizarlo, ponerlo del revés y volverlo a analizar; pensarlo y escribir sobre él».

Pero la investigación también puede llegar a ser para soñadores como Juan Antonio Muñoz, también mejor comunicación oral. Este joven ingeniero sabía desde niño que quería ser explorador y científico. «La idea de ser explorador la cambié con 14 años por la de ingeniero de montes, pero la de científico se quedó latente». Por eso, cuando tuvo la oportunidad de colaborar con un departamento de la universidad, se lanzó. Algo que le ha llevado a ser uno de los 36 participantes de este congreso y a exponer los resultados de sus investigaciones en la propagación y efectos de los incendios forestales. «De nada nos servirá todo nuestro esfuerzo si más tarde no somos capaces de transmitirlo», afirma Juan Antonio, destacando la importancia del congreso celebrado en la UCO y, tal y como afirma Antonio Carlos, la importancia de recibir el reconocimiento como mejor comunicación oral, algo que «nos anima a continuar con nuestro trabajo científico».