Luis María Miranda Serrano es catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Córdoba y, hasta el pasado mes de diciembre, el director del departamento de Derecho Público y Económico de la Facultad de Derecho y Ciencias Económicas y Empresariales, convirtiéndose en el decano de este centro desde entonces.

-¿Por qué decidió presentarse a las elecciones a decano?

-Fundamentalmente fue, por una parte, por el impulso de algunos compañeros y, por otra, por una reflexión interna en la que me di cuenta de que estoy en una etapa de mi vida en la que he estudiado mucho, he publicado y reflexionado bastante, y si ahora me dedico más a la universidad y puedo dejar mi sello, esto podrá ser también bueno para mi facultad.

-¿Qué la pareció el índice de participación en el proceso electoral?

-Me llevé una grata sorpresa cuando vi que muchísimos compañeros me apoyaron y, sobre todo, muchos alumnos. Para mí fue una alegría, no solo por los compañeros, que son los que entienden bien los entresijos de la universidad, sino también porque los estudiantes fueran a las urnas y participaran. Esto me crea una gran responsabilidad con ellos. Por eso, ya estoy pensando cosas que proponer y hacer enfocadas al alumnado.

-¿A qué cree que se debió ese gran apoyo por parte de los estudiantes?

-Quizás fuera porque he tenido una trayectoria docente muy implicada con el alumnado. Mi área de conocimiento, el Derecho Mercantil, siempre lo ha hecho así. También tengo que ser muy agradecido con el profesorado, que fueron los que me animaron a mí y los que han hecho visible mi candidatura ante el alumnado. Esto hace que empiece mi mandato con mucho ánimo, mucha ilusión y responsabilidad, además de concienciado de las limitaciones.

-¿Qué objetivos se ha fijado como decano del centro?

-En principio, ayudar para que se nivelen los dos grados que impartimos. Apoyar a los directores de departamentos a que, poco a poco, el desnivel que hay entre Derecho y Administración y Dirección de Empresas (ADE) se vaya eliminando, revirtiendo la situación de que haya uno con un alto número de profesores estables, catedráticos y profesores titulares, frente al otro, el de ADE, donde apenas hay catedráticos o profesores titulares, siendo la mayoría externos o asociados. Estos que cumplen una labor muy buena y deben existir siempre, pero es verdad que cuando en un grado el número de profesores asociados es tan alarmante y en el otro no, eso se nota en los estudios. Tendría que estar más igualado.

-¿A qué se debe esta situación tan desnivelada?

-A que, aquí en España, primero creamos las titulaciones y después vamos dotándolas de los elementos materiales y humanos necesarios para que se puedan impartir. Es una situación que también se dio en Derecho hace tiempo.

-¿Qué medidas se podrían tomar al respecto?

-Yo siempre he dicho que la principal labor del decanato es la de ayudar, por ejemplo, alzando su voz en las diferentes comisiones del Rectorado. Además, yo, como miembro del Consejo de Gobierno, tendré que hacer escuchar mi voz ante la comunidad universitaria para que esa situación se vaya mermando. Es muy importante que la voz de la facultad se oiga sobre todo con sensatez.

-¿Qué más objetivos tiene?

-Como segundo objetivo, y que me preocupa mucho, es el problema del relevo generacional, algo que afecta ya a todo. Ha habido una época de vacas flacas con la crisis, donde se ha puesto muy difícil poder realizar una carrera, con unas notas muy elevadas para poder obtener una beca ya que, a día de hoy, la única manera de realizar carrera dentro de la universidad es mediante las becas de Formación del Profesor Universitario (FPU). Habría que crear nuevos incentivos para que gente buena no se vaya fuera y se queden en el entorno de la universidad. En ese sentido me voy a dejar oír siempre, es una labor que tengo no solo como decano, si no también como profesor. Captar a gente buena, formarlos para sus tesis, prepararlos y que ellos mismos se conviertan en unos buenos profesionales universitarios. Son el futuro de esta facultad.

-¿Y en relación al centro?

-Pienso que ya es el momento de que a esta facultad se le dote de nuevas infraestructuras. Estamos muy contentos con el centro, su historia y encanto, pero me gustaría que durante mi mandato se consiguieran unos terrenos donde poder hacer un edificio anexo al centro para aulas, despachos o para las carencias que tiene esta facultad, siendo este su centro neurálgico, ya que esta facultad es la que tiene el mayor número de estudiantes de toda la Universidad de Córdoba, unos 2.500.

-¿Cómo le gustaría que se le recordara cuando finalice su mandato?

-Como una persona que quiso a la universidad y a su facultad y que puso mucho esfuerzo en lo que hacía. Siempre les digo a mis alumnos la frase de Fernando de Rojas con la que comencé mi programa electoral: «Jamás el esfuerzo desmerece la fortuna». El esfuerzo es fundamental para ser un buen estudiante, un buen profesor, para ser lo que quieras ser en la vida.