Cada vez son más los amantes de la naturaleza que han convertido esta afición en un modo de hacer turismo y es ahora, en esta época del año, cuando tienen ante sí uno de los espectáculos más atractivos: la berrea. Este ritual que se realiza una vez al año encuentra en el Parque Natural Sierra de Cardeña-Montoro un lugar privilegiado para su desarrollo. El bramido del ciervo a modo de cortejo de la hembra es admirado por cientos de personas, que se acercan así a los cortejos nupciales de uno de los animales más bellos de la fauna ibérica.

En el marco de Intercaza 2015, que se celebra desde el 24 al 27 de septiembre en el Palacio de la Merced, mañana sábado y el domingo están previstas sendas salidas guiadas para escuchar la berrea. La primera de ellas, la de mañana, está fijada para las 18.00 horas, mientras que la segunda se ha previsto a las siete de la mañana. La actividad contempla cena o almuerzo opcional, por 12 euros, con una degustación de productos de la caza.

La información y reservas hay que realizarlas en la Oficina de Turismo de Cardeña, en el teléfono 957 174138. Se trata de una actividad previa al desarrollo de Intercaza, concebida como una feria de turismo, ocio activo y medio ambiente.

Con esta observación de la berrea se pretende conocer de cerca el comportamiento de los ciervos en épocas de reproducción, así como el medio y el espacio que necesitan para aparearse y defender a sus hembras.

También se podrá identificar a los individuos y su jerarquía aprendiendo a escuchar los roncos bramidos de los machos, sin olvidar que es un modo de mimetizarse con el medio y aprender a respetar y conservar los ciclos vitales del ciervo.

La berrea es un espectáculo. Los ciervos machos compiten por el poder, la fortaleza y la jerarquía ante la observación atenta de las hembras... y de los viajeros, que pueden asistir al cortejo.

El otoño es su momento y el Parque Natural de Cardeña-Montoro se presenta como un entorno excepcional en el que el acercamiento a los ciclos vitales del ciervo se hace aún más espectacular si cabe.

Se trata, así, de un proceso natural en plena naturaleza que se ha convertido en un acontecimiento turístico.