FERIA DE SAN ISIDRO

Solo detalles de clasicismo de Álvaro Burdiel en la novillada de Fuente Ymbro

El madrileño dejó detalles de regusto clásico en su faena de Las Ventas

El novillero Álvaro Burdiel, este martes en Las Ventas de Madrid.

El novillero Álvaro Burdiel, este martes en Las Ventas de Madrid. / Kiko Huesca / Efe

Paco Aguado (Efe)

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Ganado: seis novillos de Fuente Ymbro, de correcta y fina presencia, con más cuajo y volumen el cuarto y el quinto, que tuvieron una engañosa y áspera movilidad dentro de un conjunto descastado, la mayoría muy parados y a menos.

Víctor Hernández: estocada trasera y dos descabellos (ovación tras aviso); dos pinchazos y estocada atravesada (silencio tras aviso).

Álvaro Burdiel: estocada desprendida perpendicular y tres descabellos (silencio tras aviso); estocada trasera desprendida (ovación tras leve petición de oreja).

Lalo de María: dos pinchazos, estocada delantera perpendicular y descabello (silencio tras aviso); pinchazo, estocada trasera perpendicular y tres descabellos (silencio tras aviso).

Cuadrillas: José Manuel Hernández, Diego Valladar y Marco Leal saludaron en banderillas.

Incidencias: Decimoctavo festejo de abono de la feria de San Isidro, con algo más de medio aforo cubierto (17.735 espectadores, según la empresa), en tarde fresca y con lluvia suave durante la lidia de los tres primeros. 

Los detalles de regusto clásico del novillero madrileño Álvaro Burdiel fueron las únicas notas rescatables del festejo de este martes de la feria de San Isidro, condicionado por el descastado y vacío juego de los utreros de la divisa de Fuente Ymbro.

Cuatro de los ejemplares del encierro gaditano se pararon y se vinieron muy pronto a menos, con cierta nobleza pero sin el fondo mínimo para repetir y prolongar sus embestidas apenas un par de tandas de muletazos, mientras que los de más cuajo ocultaron esa misma falta de casta bajo una engañosa movilidad.

Ante tan pocas opciones de lucimiento como ofreció el sexteto, resaltó, al menos, la decidida intención de Álvaro Burdiel de torear siempre por el palo más clásico, con el capote y con la muleta, dejando así algunos pasajes más que estimables dentro de dos faenas que no pudo macizar.

Su primero perdió celo ya tras el primer puyazo, pero Burdiel, dándole espacio y tiempos, logró sacarle media docena de derechazos con empaque, acompañando con el pecho las menguantes arrancadas, y abrochando finalmente con sabrosos ayudados por alto.

Al quinto, el más aparatoso de pitones, lo recibió con una larga cambiada y unas ordoñistas verónicas rodilla en tierra antes de que el desclasado "fuenteymbro", que no dejó de puntear y protestar, le obligara a aguantar con firmeza para llevarse la ovación más fuerte de la tarde tras una leve petición de oreja.

Víctor Hernández lució también hasta que el que abrió plaza aplomó sin remedio sus cansinas y frenadas acometidas, que el alcarreño no remontó, y se alargó en un infructuoso pulso con el cuarto, el más cuajado, que se movió mucho, incluso arrancándose de largo, pero sin querer emplearse nunca, con un comportamiento engañoso por el que parte del público tomó partido.

El francés Lalo de María pasó sin brillo por Las Ventas en la tarde de su presentación, tesonero con un soso tercero que se vino abajo ante el capote, y algo brusco con el último, el único que humilló con cierto recorrido hasta la mitad de una faena improbable por su rígido planteamiento.