Ganado: toros de Zacarías Moreno, de desiguales hechuras, caras y remates, blandos y descastados. El único que se salva de la quema fue el cuarto.

Finito de Córdoba (gris plomo e hilo negro): estocada (oreja); casi entera (dos orejas tras aviso).

David Fandila El Fandi (azul eléctrico e hilo negro): pinchazo y estocada baja (ovación); estocada (oreja).

Daniel Luque (azul celeste e hilo negro): estocada caída y trasera (oreja); estocada (dos orejas tras aviso).

Cuadrillas: Rafael Rosa saludó tras banderillear al cuarto.

Plaza: Aranjuez. Menos de media entrada sobre el 50 % de aforo permitido.


El aroma de la tauromaquia de Finito de Córdoba, y el gusto y el gran momento de Daniel Luque pusieron el argumento de la tradicional corrida goyesca del Motín de Aranjuez (Madrid), de donde salieron triunfadores con tres orejas cada uno, pese a la descastada y corrida de Zacarías Moreno lidiada este domingo.

Lo mejor de Finito en su aplomado primero fue el maravilloso recibo a la verónica que instrumentó, con seis mecidos lances y una media de cartel. Pero no hubo mucho más, principalmente porque al toro le costaba un mundo perseguir los engaños de un torero que dejó detalles sueltos, algunos extraordinarios, pero sin poder compactar faena. La efectividad de la estocada le granjeó una oreja.

Con otro manojo de verónicas marca de la casa recibió el Fino al cuarto, que colocaba muy bien la cara por el derecho y que, pese a andar cogido con alfileres, fue el que más se dejó en la muleta, lo que aprovechó el torero cordobés para torearlo con mucho gusto y, en ocasiones, al ralentí, en lo que fue la faena más completa de la tarde, pues también al natural le robó alguno de exquisito trazo.

Se le vio tremendamente a gusto a Finito, que en el tramo final pegó varios derechazos descolgado de hombros de tremendo sabor, como también lo tuvieron los adornos y remates. Volvió a funcionarle la tizona para él fueron dos orejas.

Con garbosos lances saludó Fandi a su primero, al que banderilleó con variedad y facultades. Y hasta ahí, pues el toro, sin fuerzas y con el depósito de la raza también muy medido, no permitió al granadino poder explayarse en el último tercio.

El quinto no fue tampoco un dechado de facultades, y Fandi, que puso al público en pie con los palos, se mostró muy voluntarioso y entregado pero sin poder alcanzar grandes cotas ante un animal que se vació muy pronto. No tuvo suerte con el lote el granadino, aunque cortara un orejita como premio de consolación.

Con una suavidad exquisita trató de ahormar Daniel Luque a otro toro, el tercero, en el límite de todo, pero al que el sevillano sacó el poquito fondo que tenía a base de temple y de hacerlo todo a favor del animal en cuanto a alturas, distancias y tiempos se refiere. No fue faena rotunda, ni mucho menos, pero sí de oficio y técnicamente impecable. Y como mató a la primera logró un trofeo.

Y otra vez en labores "de enfermero" anduvo Luque con el apagado sexto al que toreó con mucha delicadeza y echándole muy bien los vuelos de la muleta para pegarle pases de deliciosa firma sobre ambas manos, en una faena en la que brotó el buen gusto y la expresión del toreo del de Gerena, y en la que se le vio sobradísimo en todo momento, hasta en la estocada final. Dos orejas.