Astados de Luis Terrón, de aceptable de presencia y de juego dispar

Andy Cartagena: tres pinchazos y medio rejón (ovación); y tres pinchazos y rejón (ovación).

Diego Ventura: pinchazo y rejón (dos orejas); y tres pinchazos, rejón y descabello (ovación).

Óscar Mota: rejón (oreja); y pinchazo hondo, pinchazo, medio rejón y seis descabellos (vuelta al ruedo).

La plaza registró media entrada en tarde cubierta y de agradable temperatura.

El rejoneador Diego Ventura salió este domingo a hombros del Coso de Los Llanos de Pozoblanco (Córdoba) tras cortas dos orejas al primero de su lote, en una tarde donde Oscar Mota obtuvo un trofeo y Andy Cartagena se fue de vacío

Cartagena tiró de experiencia para arrancar la tarde con una faena dotada de voluntad y versatilidad a la grupa. El jinete, que se enfrentó a un animal justa de fuerzas, supo enganchar con los tendidos templando al hilo y exponiendo en banderillas, mejor siempre al quiebro y cerrando con las cortas al hilo del burladero.

La faena, que gozó de la respuestas de la grada fue malograda con el rejón, imposibilitando la opción de trofeo.

En el cuarto, se mostró persuasivo con su enemigo, tirando de experiencia para sostener una faena de ritmo creciente. El alicantino, que fue práctico, ajustó siempre para llegar al encuentro con franqueza, resolviendo en la cara sobre varias monturas. La secuencia, vistosa en general, resultó un tanto larga, ocasionando un cierre menos lucido.

Ventura, obligado a citar muy en corto a su soso primer enemigo, realizó una faena llena de recursos que fue premiada con dos orejas.

El hispanoluso optó por arriesgar para conceder más dinamismo a la embestida del oponente desplegando un ramillete de cites y adornos en banderillas. Faena menos limpia, eso sí, en la que se dedujo un claro dominio de las suertes donde hubo mucho pundonor y que destacó en el último tramo con un par a dos manos y otro al violín.

En el segundo de su lote, Ventura mostró otra versión de su doma, optando por una faena más en la distancia y bien ajustada en el tiempo. En banderillas destacó al quiebro y al violín, ejecutando con más precisión que en su primero, aunque erró en la suerte suprema.

Mota realizó una faena pulcra y bien medida ante el tercero, que fue a menos tras recibir el primer castigo. En banderillas se mostró firme cuidando mucho su llegada. No contó con muchas opciones para alargar su secuencia, actuando de manera práctica y cerrando con un efectivo rejonazo donde entró por dentro.

En el último, al que le costó encelar, realizó una faena que fue a más con una doma clásica y elegante. Muy entregado el caballero, anduvo versátil y serio en banderillas, protagonizando el mejor tercio de toda la sesión, aunque su desacierto con el acero le imposibilitó obtener trofeo.