Julián López El Juli, que cortó una oreja de cada toro de su lote, salió ayer a hombros al término de la segunda de abono de la feria de Virgen del Mar de Almería, en una tarde en la que Enrique Ponce obtuvo un trofeo, igual que Roca Rey, que pinchó una gran faena al sexto toro.

Ese sexto fue el mejor de una desigual corrida Zalduendo, un toro que fue a más ante los larguísimos naturales de mano baja que le recetó el peruano, que antes había comenzado toreándolo muy encajado de rodillas en redondo en una declaración de intenciones y muestra de un valor descomunal.

El toro repitió haciendo el avión en la muleta de Roca, que se lo pasaba por la espalda en imposibles cambios de mano en los que los pitones rozaban las bandas de la taleguilla del torero. Faena larga, meritoria y, lamentablemente, malograda a última hora con la espada. De las dos orejas que tenía prácticamente aseguradas tuvo que conformarse con una sola.