Ganado: Tres toros -primero, segundo, éste como sobrero, y tercero- de Torrealta y otros tres de El Pilar, bien presentados y de distinta condición, aunque, en general, sin acabar de romper.

David Fandila "El Fandi": pinchazo y estocada (oreja); y estocada ligeramente tendida y seis descabellos (silencio).

Sebastián Castella: dos pinchazos y estocada desprendida (ovación); y pinchazo y estocada (aviso y ovación tras petición).

José María Manzanares: pinchazo y casi entera (silencio); y estocada ligeramente desprendida, cuatro descabellos y resulta herido, teniendo que acabar El Fandi.

El diestro David Fandila El Fandi cortó ayer la única oreja de la tarde en Albacete, noveno festejo de su feria taurina en honor a la Virgen de los Llanos, donde José María Manzanares dio el susto, al ser cogido por el sexto, aunque, al final, no hubo cornada y sólo un golpe en la cabeza.

El Fandi puso pronto la tarde a favor desde que se hizo presente en el ruedo frente a su primero, un buen toro con el que estuvo variado con el capote, espectacular con las banderillas, colocando hasta un cuarto par, e instrumentando un último tercio de mucha comunicación con los tendidos, ligando tandas de muletazos sobre el derecho, pitón por donde argumentó una faena premiada con un trofeo.

En el cuarto estuvo el granadino también en su línea, en otra faena fácil y solvente, con clímax en banderillas, ante un toro que se movió con buen son antes de desfondarse por completo a mitad de la lidia, aunque El Fandi se encargaría de echarlo todo a perder con el descabello.

Castella rayó a buen nivel frente al sobrero que hizo segundo, al que inició faena con un cambiado por la espalda, para, a continuación, mostrarse firme y muy suficiente ante un animal que se movió con sosería y sin acabar de romper. Faena en la que el torero francés se impuso a su antagonista, aunque la falta de contundencia con la espada lo dejara todo en una ovación desde el tercio.

El quinto fue otro todo a medias de todo, con el que Castella volvió a demostrar el momento tan bueno que atraviesa, imponiéndose a la sosa condición del de El Pilar en la distancia corta, muy metido los pitones, en una faena larga y en la que le llegaron a pedir el trofeo, aunque el presidente se cerró en banda y no la concedió.

El primero de Manzanares fue un toro muy deslucido y complicado, reservón, viajando siempre con la cara por las nubes y tirando de gañafones a diestro y siniestro. El alicantino lo intentó vanamente antes de montar de la espada, y acabar silenciado.

En el sexto estuvo mejor Manzanares, sobre todo toreando al natural, por donde pegó muletazos largos y elegantes, componiendo la figura y con cadencia, aunque poco ajustados. Al intentar descabellar por quinta vez, el toro pegó un arreón y cogió certeramente a Manzanares, mandándolo directamente a la enfermería. El Fandi se hizo cargo del toro agresor.

En la enfermería fue asistido Manzanares de "traumatismo craneoencefálico y contusión cervical con pérdida de conciencia de 3-5 minutos. Exploración neurológica normal. Trasladado a la Clínica Santa Cristina de Albacete para estudio radiológico y TAC cráneo-cervical".