Ganado: Dos toros -primero y segundo- de Núñez del Cuvillo, terciados y manejables; dos -tercero y cuarto- de Juan Pedro Domecq, bien presentados y los de mejor juego; y otros dos -quinto y sexto- de Vellosino, de feas hechuras y de mansa nobleza.

Juan Serrano 'Finito de Córdoba': tres pinchazos y tres descabellos (silencio tras aviso); y estocada delantera (ovación).

Manuel Jesús 'El Cid': estocada (silencio); y bajonazo (silencio).

Daniel Luque: pinchazo y media estocada (ovación tras aviso); y estocada honda (oreja con petición de la segunda).

Cuadrillas: destacó un buen puyazo de El Patillas al primero. Alcalareño, Pirri y los hermanos Abraham y José Luis Neiro saludaron en banderillas.

La plaza: se cubrió en la mitad de su aforo.

El festejo de inauguración de la temporada en la plaza de toros de Zaragoza tuvo un desenlace muy distinto a lo que las previsiones primeras (con el mano a mano entre Finito y Morante) habían inspirado.

Este enrevesado negocio, el toreo, es el único sector empresarial en el que cuanto más se pierde, más se gana.

Si la bajada de bandera de Morante tenía un importe muy abultado, con el cambio por sus sustitutos (con soldadas considerablemente más asequibles) y la misma clientela en el tendido, la palmatoria es notablemente menor o incluso hasta se puede salvar la tarde. O sea, que el efecto publicitario queda ahí y la realidad en los anales. Mientras, pa' la saca .

Asumido el contradiós ganadero presupuestado de primeras para los artistas, el espectador tragó sumiso y silente. Como también se deleitó con una banda de música digna, como no, --aunque se pasara de frenada con la jota de los toros-- pero no la oficial de Diputación como marca el pliego de condiciones. Se partió las manos cuando los subalternos Alcalareño y los Algabeños se desmonteraron tras parear al segundo y al tercero, respectivamente.

Pirri al menos tuvo la decencia de no asomarse a saludar a la arena. Su compañero Alcalareño le había "autorizado" previamente. Así está esto.

¿Era necesario tirar de tres ganaderías distintas para sacar adelante un festejo estándar en el mes de abril en el año que más toros disponibles hay en el campo?.

A nadie extrañe pues ver cuerpillos menguados como el del juanpedro cuarto o toros recién cumplidos (en marzo) como el primero, en contraste con el galán cinqueño bien pasado que hizo quinto.

En comportamientos también hubo de todo, claro. A El Cid lo puso a prueba uno de esos toros recabrones que pueden hacer que un torero que está más allá que acá recupere la fe, el sitio y su propio yo. No fue así.

DECEPCIONANTE El de Salteras se acercó pero no se arrimó. Faltó convencimiento, apuesta de verdad y se dejó entrever una preocupante falta de reflejos hasta para quitarse de ahí cuando el toro rebañaba. No fue casualidad. En su primero erró al acortar distancias en labor de poco a casi nada en la que ni siquiera se había fijado un objetivo. Fue un pasar culminado con na buena estocada.

Finito de Córdoba tramitó sin emoción al primero de sus toros y acompasó los viajes de su segundo con ese aire suyo, sí, más sin decidir nunca. Fue el perfecto acompañante.

Luque, ese torero eléctrico que a veces trata los engaños hasta con violencia, que parece que torea dentro de un tornado, se hundió entre los pitones del sexto en busca de una oreja. Y la halló. Hasta se le pidió otra tras media estocada.

Antes había dejado un bello quite por Chicuelo. Y un mareante totum revolutum en el tercero . Eso, el toreo a paladas.