Ganado: toros de Torrealta de buena presentación. El primero fue sustituido por un sobrero que se aplaudió en el arrastre, lo mismo que al segundo. Los cuatro restantes toros sin codicia, distraídos y desentendiéndose de las cabalgaduras.

Pablo Hermoso de Mendoza: rejón (oreja) y rejón trasero fulminante (oreja).

Diego Ventura: rejón y dos descabellos pie a tierra (oreja) y rejón fulminante (dos orejas).

Manuel Manzanares: medio rejón, pinchazo y rejón contrario con ocho descabellos pie a tierra (palmas tras aviso) y medio rejón, pinchazo y rejón (ovación con saludos).

Incidencias: Mendoza y Ventura salieron de la plaza a hombros.

Plaza: Los Llanos (Pozoblanco) media entrada en tarde entoldada y fría.

No cerró precisamente con broche de oro la feria de Pozoblanco, a pesar de las cinco orejas cortadas y de estar anunciados los dos mejores rejoneadores del momento. En algunos pasajes del festejo el desencanto hizo mella en el tendido. Y es que la corrida comenzó mal con un toro que con el primer rejón colocado se echó, hasta dos veces, y luego se reculó en tablas acabando con la paciencia de Pablo Hermoso que hacía lo imposible por sacarlo a los medios. Quizás por la falta evidente de fuerzas o por otro motivo que se nos escapa, el caso es que fue devuelto y en su lugar salió un gran toro. Muy bravo y repetidor que permitió al jinete navarro desarrollar su toreo con lances muy bellos. Mendoza lo templó muy bien de salida y lo embebió en el caballo. El toro al sentir el primer rejón apretó lo suyo y Pablo Hermoso lo toreo de costado con cambios de ritmo, en la misma cara del animal, levantando el tendido. Hasta cinco banderillas al quiebro colocó rematando la serie con tres banderillas cortas superiores. Faena de muchos enteros que recibió un corto premio. En el cuarto, Mendoza puso de salida un rejón muy protestado, después otro al quiebro, aceptable. Pero cuando estuvo a punto de clavar una banderilla en el albero los pitos del tendido, parece que entonaron al jinete que andaba a medio gas y colocó tres banderillas al quiebro de buena factura. El toro no acometía. Tres banderillas cortas y un par más de cortas a dos manos, a toro parado, taparon un poco su actuación que resultó no todo lo brillante que se esperaba.

Diego Ventura que clavó dos rejones primeros sin su peculiar espectacularidad, la formó después al torear de costado con el toro cosido al anca recorriendo así todo el anillo de la plaza. Tras un primer par de banderillas salió del embroque con piruetas muy aplaudidas. Con las cortas a dos manos falló en el primer intento, clavando solo una. Volvió a fallar, enmendándolo en la siguiente entrada. Al violín colocó tres de las cortas que enloquecieron a los tendidos. A su segundo, un toro que fue perdiendo interés por el caballo, le enjaretó hasta siete banderillas al quiebro, las tres últimas, de lío gordo. Aún le puso otras tres cortas al violín, arriesgando mucho.

Manuel Manzanares tuvo el valor de compartir cartel con dos figurones.

El joven rejoneador dejó patente su bisoñez. Está en pleno aprendizaje, por eso es menester que se placee entrando en otros carteles de menos compromiso. Ayer recibió el cariño del público. Que ya es bastante.