El triunfador de la tarde destacaba la nobleza del toro de Juan Pedro Domecq al que cortó dos orejas, indicando que pese a su altura "he ido sometiéndolo poco a poco y me he sentido muy cómodo con él". Tras estoquear a su segundo, el madrileño se encontraba "desmoralizado", ya que como apuntaba "veía que tenía condiciones pero se ha parado absolutamente y así no se podía hacer nada".