FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO 28-11-1974, DOS TORRES.

ALTERNATIVA 30-05-1996, EN CORDOBA, JUNTO A PONCE Y FINITO.

--¿Cuántos golpes se ha dado en el pecho para expiar el pecado de la espada?--(Sonrisas) Bueno, tras la rabia del primer momento, lo que he procurado es quedarme con lo que para mí ha significado realizar esa faena aquí en Córdoba.

--Esa noche, que imagino que la pasaría en vela, ¿cuántas veces puso en pie el toro?--Pues sí. Después de redondear una faena a esa altura y no matar el toro, la verdad es que intentas ver cuál fue el fallo, dónde estuvo el error. Lo que tengo claro es que mi voluntad máxima fue matarlo, me tiré derecho y, oye, la espada no entró. Pero ya eso pasó y ahora mismo lo único que pienso es en que hice algo muy importante con ese toro.

--¿Por qué lloró en la plaza?--La verdad es que a mí que soy una persona tímida, y en muchos momentos introvertida, no me hubiese gustado que se me saltaran las lágrimas, pero no pude hacer nada. Igual que me muestro en la plaza siempre tal como soy, y quizás por ahí es por lo que mi toreo toma más dimensión, igual me sucedió con las lágrimas, que se me juntó la emoción tan grande que había vivido a lo largo de la faena, lo que para mí significó torear de esa manera, con la rabia de no haberla rubricado. Eso me provocó esa emoción que no pude contener.

--¿Le pesó la presión?--Pues no lo sé. Hombre, pudo haber algo de eso... Son un cúmulo de circunstancias. Tú intentas hacerlo bien, como sabes, y en ese instante no funciona. Muchas veces es verdad que en las faenas en las que te vacías tanto, cuando llega la hora de matar quizás te falte algo de esa concentración tan necesaria.

--¿La del sábado ha sido la mejor faena de su carrera?--(Tras una pausa de duda) De las mejores. Quizás la mejor no, porque si te digo la verdad, no sé cual sería la mejor, pero de las mejores sí y de las que más se acercan a lo que yo busco y que yo sueño, hacia donde quiero que evolucione mi toreo.

--Porque, ¿cuáles fueron las claves, los pilares de esa faena?--Sobre todo, torear el toro tan despacio. Para mí lo más difícil que hay en el toreo es torear despacio. También torearlo tan por abajo y tan ligado, tan conjugado todo. Una faena sin ninguna fisura, en la que hubo una cosa importantísima y que muy pocas veces le ocurre a un torero, y es que torees con el sentimiento, sin pensar, sino que el toreo te vaya fluyendo con la naturalidad que te sale desde dentro de las entrañas. Que eso te suceda en una plaza importante es muy difícil. A mí me sucedió el sábado y por eso creo que es una de las mejores obras de mi carrera, seguro.

--No abrió la puerta grande ese día pero sí el jueves. Lo hizo con una faena de altísimo nivel, aunque ahora parece eclipsada por la del sábado.--Claro, es verdad. Estoy muy satisfecho, quitando lo de la espada, con mis actuaciones en la Feria. Con todos los toros he mantenido un nivel muy alto, y además ha habido dos faenas para el recuerdo. La del primer día tuvo muchísima fuerza. Para mí, profesionalmente, tuvo mucho peso porque fue un toro al que toree muy por abajo, muy sentido y hubo muletazos que tuvieron una dimensión muy grande. Lo que sucede es que, claro, a lo mejor la obra excelsa se dio el sábado, pero yo tampoco me olvido de la faena del jueves, que para mí es una de las mejores que he hecho en Córdoba. Poder haber realizado las dos en la misma feria es una satisfacción enorme, y significa que esta del 2010 ha sido un paso más en mi carrera y una vuelta de rosca más en lo que son mis actuaciones en Córdoba.

--Más allá de trofeos, ¿qué poso le queda de esta feria?--Mira, pasados ya dos días, lo que me queda es que ahora tengo la seguridad de que ya he entrado definitivamente en el corazón de los aficionados de Córdoba. Sé que ya me he ganado un rinconcito en su corazón para siempre y que, de aquí en adelante, lo que voy a intentar es ganarme ese espacio cada vez más. Pero para mí ha sido muy importante porque últimamente mis triunfos aquí, en mi tierra, han tenido mucha contundencia. Este año he dado un paso más hacia esa identificación con la afición de Córdoba, consolidando un puesto.

--En la lucha permanente que es su carrera, en ese ser o no ser, ¿en qué punto del camino le ha dejado este ciclo?--Ha sido un paso adelante muy importante. La capacidad que he reflejado en el ruedo y ese nivel que he mantenido es la muestra de que soy un torero que sigue creciendo, y que de momento mi techo no se está viendo. Eso para mí es un aval importantísimo de que estoy en el camino adecuado y de que, aunque me está costando, tendrá que llegar un día en el que ocupe el puesto que quiero. Para mí lo malo es que mi nivel baje o que no dé al público lo que otras veces ha visto en mí. Sin embargo, este año, al contrario, he hecho cosas por encima de ocasiones anteriores. Yo mismo veo que cada vez puedo buscar más dentro de mí para hacer cosas más importantes.