Ganado: Cuatro toros de Martelilla y dos -quinto y sexto- de Casa de los Toreros, del mismo tronco ganadero, aceptablemente presentados y aunque en el límite del descastamiento, pues a la mayoría les faltaron los finales, fáciles de torear. Los mejores, segundo y sexto.

Manuel Díaz ´El Cordobés´: estocada casi entera perpendicular (silencio); y estocada y descabello (aviso y gran ovación tras petición).

David Fandila ´El Fandi´: estocada baja (dos orejas); y estocada desprendida y dos descabellos (gran ovación tras petición).

Alejandro Talavante: buena estocada (oreja); y estocada atravesada que escupe a medias y dos descabellos (oreja).

Cuadrillas: Vicente Yangüez ´El Chano´ saludó tras dos buenos pares al cuarto, invitando a compartir la ovación al tercero Domingo Valencia.

Plaza: La plaza de Huelva tuvo tres cuartos, con lleno en sombra, en tarde agradable, y con las cámaras de la televisión autonómica Canal Sur en directo

A priori era corrida mitad y mitad, con dos de los llamados mediáticos, los espadas más veteranos, y en otro aire el más joven, un Talavante en busca siempre de la pureza y el clasicismo. Fue a la postre ese estilo, la autenticidad de Talavante el gran revulsivo en la tarde.

Su primero acusó mucho dos tremendos golpes contra la madera, llegando a la muleta con el viaje demasiado corto. Cites muy encima, tardó Talavante en acoplarse. Primero al natural, faltó limpieza en ocasiones, y ya a derechas hubo buena conjunción. El conjunto terminó ganando en calidad. Muy suelto Talavante, terminó haciendo todo lo que tenía pensado, y rematándolo bien. La estocada, atacando despacio para enterrar el estoque en todo lo alto, a pesar del fallo del puntillero, fue definitiva para la oreja. Pero lo verdaderamente importante de este recuperado Talavante, lo mejor de la tarde en definitiva, ocurrió en el sexto, toro que no llegó a verse claro del todo hasta pasados los dos primeros tercios, pues anduvo la cuadrilla torpe y aperreada sobre todo en banderillas.

AIRE SOLEMNE Cambió el decorado en la muleta, cuando ya dependía solo del matador. En ese aire solemne con el que Talavante ha resuelto otras veces sus gestas, volviendo hazañas los más grandes compromisos. De pies muy firmes, mano baja y cintura quebrada. Faena redonda de principio a fin. Cortó solo una oreja por la mala colocación de la espada y los dos descabellos finales. Aunque lo importante fue la salida a hombros. Otra vez Talavante en el buen camino.

Con él salió también a hombros El Fandi, que acertó dejándose crudito en varas a su primero. Antes lo había lanceado intercalando verónicas y chicuelinas. Toro blando a la salida del caballo, sin embargo, dándole tiempo y espacio se fue viniendo arriba. Variado y espectacular tercio de banderillas, según acostumbra. En la muleta llevó al toro atrapado, con temple y limpieza, pausado y con ritmo. Hubo estética y ligazón en todas las series, por la derecha y al natural, pero después de eso tanto el toro como la faena irían a menos. Fue cuando Fandi echó mano de los socorridos circulares: uno por detrás, otro por delante, y de nuevo el invertido ligado éste a un natural. Dos molinetes de rodillas. La estocada no cayó en su sitio. Así que de las dos orejas sobraba la segunda.

Estuvo mejor si cabe el granadino en el quinto, en el recibo de capote por verónicas, en quite posterior por navarras y en cuatro pares de banderillas. Aplausos a rabiar. Pero en la faena de muleta, con el toro tragándose los pases de uno en uno, y volviéndose, bajó el diapasón. El presidente, con buen criterio, decidió no darle la oreja para equilibrar con la anterior de más.

El Cordobés, con el lote menos propicio -manso y sin celo su primero, y rajado de irse a la querencia el otro- poco pudo hacer, ni siquiera echando mano de su particular lío de espaldinas, cabezazos, desplantes y ranazos. Inútil todo. Lo que sí lució fue lo de Talavante. Sigue siendo Huelva plaza talismán para él. Pero aplíquese el cuento, que ése es el único camino a figura, como él está llamado.