Nació en Fernán Núñez.

Fecha: 6-11-1986.

Debut con picadores: 18-9-2004, en el Carpio.

Temporada 2006: 14 festejos y 14 orejas.

Última actuación: 25-6-2006, en Montemayor.

--¿Cómo afronta su vuelta a los ruedos nueves meses después de su retirada?

--Es como si empezara, pero ahora tengo más ilusión y lo veo más claro que nunca.

--¿Su adiós a los ruedos fue algo meditado durante tiempo?

--Cuando decidí quitarme no fue cosa de un día ni de dos. Se te va la ilusión de vestirte de torero, así que imagínate de torear. Llevaba tiempo que no lo veía claro. En Burgos (el día anterior a su retirada) no me sentí seguro y al llegar a Montemayor no lo veía. Hice lo mejor para mí.

--¿Qué fue antes: la depresión le hizo estar mal muchas tardes o el no responder en la plaza le llevó a la enfermedad?

--Es que te pones delante del animal y no lo ves. Se te va el sitio, como se dice. Las pasaba canutas. El caso es que te vienes abajo cuando no salen las cosas.

--¿Le pesó la responsabilidad, las importantes plazas que pisaba, las esperanzas que había puestas en usted...?

--Se habían puesto muchas esperanzas en mí, había mucha gente apoyándome, y defraudarle un día, otro día..., te duele. También es cierto que esas plazas (Madrid, Sevilla, Córdoba, Zaragoza, Granada...) pesan, pero no sé... Es que no lo veía claro.

--¿Vino todo demasiado rápido?

--También puede ser. No sé. Si no te sale en un sitio, en otro...

--¿La tarde de Madrid fue clave?

--Vas a Madrid, la gente que iba a verme, la novillada que no embistió... Se juntaron muchas cosas. Me dolió no responder.

--Tal y como vinieron las cosas parece que fue muy duro, pero su situación más bien era de privilegio, ¿no?

--Desde luego. Más de un chaval hubiera querido tener lo que yo tuve de apoyo y de contratos. Pero no sé, es que no lo veía claro.

--Y cuando decidió dejarlo...

--Pensé que no iba a torear más en mi vida. No quería saber nada de toros ni de nadie en los primeros meses. No iba a las plazas, ni tenías ganas de torear de salón ni ver vídeos de toros, dos cosas que siempre me han gustado. No tenía ganas de nada. Pero una cosa que me ayudó mucho es que el maestro Manzanares me llamó para interesarse por mí. Como siempre ha sido mi ídolo, aquello me ayudó mucho.

--¿Se vio solo cuando se fue?

--Solo no porque gracias a Dios tengo a mi familia. Hubo mucha gente que se interesó por mí. Ahora, de los que toreaban conmigo, amigo, amigo, Paquito Gómez. Los demás...

--¿Cómo recuperó otra vez el gusto por torear?

--Empecé a comprar DVD del maestro Manzanares y a fijarme en la técnica, a corregirme cosas, a torear de salón. Entonces me invitaron al campo, le pegué dos tandas a una becerra y volví a cogerle el gusto. Por eso te engancha tanto esto, porque cuando uno cuaja el toreo no te cambias por nadie en el mundo.

--Pues ahora, remontar será más difícil, ¿no?

--Darle la vuelta otra vez a la tortilla será más difícil. Pero bueno, todos los toreros han tenido malas rachas y hay que afrontarlo.

--Vuelve con menos campo que el año pasado, sin contratos... La situación es diferente.

--He ido menos al campo pero lo que he hecho lo he disfrutado más que nunca. Tampoco se trata de torear por torear, ni es cuestión de cantidad. Cierto es que tendré que cambiar el chip, entre otras cosas porque no tengo la seguridad de los contratos, pero prefiero más la ilusión que tengo ahora mismo que todos los contratos que tenía el año pasado. Me pueden decir que me dan 100 novilladas y que estaré como el año pasado y eso no lo quiero.

--¿Cómo regresa?

--Vuelvo más maduro. He tenido un psicólogo muy bueno. Poco a poco me ha hecho ver la vida de otro color y me ha sacado del agujero en el que estaba.

--¿Se verá a un nuevo Currito?

--Ya lo veremos en Montoro.