Quizás ningún nombre fulgurante, pero la temporada del 2003 sí que dejó un ramillete de novilleros que mostraron sus cartas con acierto para entrar en el grupo de llamados a dar el relevo en las próximas temporadas.

El escalafón lo encabezó Javier Solís, acompañando el liderazgo numérico con triunfos de amplio eco. Por ejemplo, ganó el VI Encuentro Mundial de Novilleros celebrado a principios de temporada en San Sebastián; indultó un novillo de Bernardino Píriz en Olivenza; triunfó en Valencia, y salió a hombros en el prestigioso ciclo del Zapato de Oro de Arnedo.

Esta última puerta grande la compartió con otro de los destacados de la temporada: Luis Bolívar. El colombiano cortó tres orejas en Madrid, hizo cosas interesantes en Sevilla, estuvo entregado en Valencia e indultó una res de Fuente Ymbro en la plaza gaditana de Los Barrios.

Como Bolívar, Fernando Cruz destacó en Las Ventas, también con el corte de tres orejas, una de ellas en la final de las novilladas nocturnas. En este mismo ciclo, el gaditano Caro Gil obtuvo dos orejas y fue el único novillero que abrió la puerta grande madrileña en el 2003.

En Sevilla, el nombre propio fue el de Jesuli de Torrecera, que sumó cuatro orejas en dos tardes, destacando igualmente en Algemesí. En La Maestranza también gustó José María Manzanares antes de su alternativa, al igual que en Madrid, plaza en la que también dejó buena tarjeta de presentación Sergio Marín.

El salmantino Eduardo Gallo, que ya había dado un toque de atención en Algemesí, se hizo con el Zapato de Oro de Arnedo. Mientras que el triunfador del ciclo valenciano fue Miguel Angel Perera, que sufrió una cornada en la feria riojana.

NOVILLO CUAJADO

En la Comunidad de Madrid, ante el novillo cuajado --muchas veces en exceso-- sonaron El Arqueño en Arganda; Paco Carmona en Moralzarzal; Perera en Galapagar, y Bolívar y Torrecera en Villa del Prado. Por lo demás, Fernando Cruz triunfó en Nimes; Serranito y García Langa tuvieron notables actuaciones en Zaragoza; Javier Benjumea sumó nada menos que cuatro orejas y un rabo en Lodosa (Navarra); Serranito y Salvador Cortés se apuntaron al éxito en Calasparra (Murcia), y Miguelín Murillo y Miguel Angel Cañas pusieron nombre a la feria de Casavieja (Avila).