Ganado: toros de Domingo Hernández, el cuarto con el hierro de Garcigrande, aceptablemente presentados, mansos en distinto grado, nobles y manejables. El mejor, el tercero. El quinto fue un sobrero de Charro, sustituto de uno de Garcigrande, peligroso.

Luis Francisco Esplá: pinchazo, estocada corta y descabello (gran ovación); y media que escupe (una oreja con petición de la segunda).

Antonio Ferrera: cuatro pinchazos y estocada caída (silencio); y estocada baja (silencio).

David Fandila ´El Fandi´: estocada baja con vómito (dos orejas); y estocada y descabello, echándose el toro (palmas).

Plaza: Granada. Tres cuartos de entrada.

El Fandi volvió a arrasar en su tierra. Según las estadísticas, la de ayer es la puerta grande número dieciséis en su palmarés. Granada y El Fandi se quieren y se admiran recíprocamente de una forma envidiable. Ya quisieran otras ciudades tener un ídolo con tanta consistencia profesional y artística, y ya quisieran otros toreros una afición detrás tan volcada y fiel. Incluso para el público ocasional, no nativo, ver una actuación del Fandi en su tierra es algo emocionante, hasta ahora garantía de triunfo.

En su fuerte hasta ahora, el gran espectáculo de las banderillas, tanto cuando alternó con los otros dos espadas en la primera parte del festejo como al hacerlo en solitario, tuvo una vez más especial protagonismo. Sus envidiables facultades, la certeza al clavar, la vistosidad y el dominio de la suerte, crearon clima de auténtico frenesí.

GESTO EMOTIVO

Ambiente a favor también por su personalidad. Un hombre que sabe ser agradecido y cuyo gesto adivinó la plaza al ir a brindar su primer toro a Emilio Miranda hijo, seguramente en recuerdo y reconocimiento al padre, fallecido a principios de año, que fue quien creyó en él y lo puso en el camino de la gloria. Emilio Miranda, linaje de caballerosidad, murió sin haber escuchado nunca una bronca en ninguna de sus plazas.

La corrida de Domingo Hernández, en manso, no creó mayores problemas. Y lo que son las cosas, al Fandi, con la suerte de los campeones, le vino a tocar también el mejor toro, su primero, con el que estuvo espectacular y variado, dispuesto y en ocasiones con apuntes de calidad.

Desde la larga cambiada en el tercio, a la que siguieron unas verónicas muy templados, y quite por zapopinas en el que intercaló lances de pie con otros de rodillas, hasta la estocada, pasando por una faena de muleta en la que hubo cadencia y buen ritmo en lo fundamental, todo tuvo el sello de la entrega. Cortó las dos orejas porque le pasaron por alto la mala colocación de la espada. Asimismo le disculparon en el sexto que no se metiera del todo con el toro.

Esplá hizo una faena técnica y bonita al manso y huido primero, y anduvo muy seguro y con desparpajo frente al cuarto. En éste algo desigual con las banderillas, llegó al triunfo apoyándose más en lo accesorio que en lo fundamental.

Ferrera resolvió en su primero, el más manso y deslucido del encierro, con gran capacidad. Hubo lances a pies juntos de extraordinario temple y muletazos de mucho dominio, esperando en todo momento y llevándole toreado, pero falló al matar. Con el sobrero de Charro no fue posible, ya que resultó muy complicado.