Crimen en Madrid

El caso de Milena: ritos sexuales, 'sugar babies' y una nota de suicidio

El cuerpo de la joven de 20 años fue hallado el pasado noviembre en un piso del distrito madrileño de Arganzuela | Milena había quedado con Alfonso, un informático que padecía una enfermedad terminal, el mediodía del 22 de noviembre en Tirso de Molina

Milena, la joven asesinada.

Milena, la joven asesinada.

EFE

Alfonso, de 53 años, era un 'sugar daddy' un tanto oscuro y raro según las jóvenes a las que solía contratar. Entre ellas estaba Milena, a la que presuntamente mató antes de ahorcarse en el baño de su piso del distrito madrileño de Arganzuela. Pero, ¿estuvo solo cuando cometió el crimen?

El caso, más allá de la autoría de Alfonso, deja abiertas muchas incógnitas, desde la posible participación de terceras personas, hasta el lugar y la forma en la que Milena fue asesinada a finales del pasado mes de noviembre, según indican a EFE fuentes próximas a la investigación.

El cuerpo de la joven de 20 años residente en Alcalá de Henares presentaba numerosas lesiones por fuertes golpes, uno de ellos en la cabeza, como si hubiera sido víctima de una paliza antes de fallecer. Sin embargo, las primeras averiguaciones del Grupo VI de Homicidios determinaron que murió por estrangulamiento. Y es que también tenía marcas en el cuello.

Milena había quedado con Alfonso, un informático que padecía una enfermedad terminal, el mediodía del 22 de noviembre en Tirso de Molina. Fueron a un spa del centro al que él solía llevar a las 'sugar babies' que contrataba y después comieron en un restaurante cercano.

La joven había quedado esa tarde con otro hombre pero, tras más de 12 horas sin tener noticias de ella -ya en la madrugada del día 23-, su supuesto novio, quien conocía los encuentros que mantenía Milena, interpuso una denuncia por su desaparición en la Comisaría de Alcalá de Henares.

Tras cruzar los datos recopilados en la investigación, la Policía sospechó el día 28 que la joven podía estar en el mismo piso de la calle Fray Luis de León en el que dos días antes, el sábado 26, los agentes habían descubierto el cuerpo ahorcado de Alfonso y una nota de suicidio.

No tenían una orden de registro y el protocolo de suicidios no les indica que deban inspeccionar la vivienda, por lo que no revisaron la totalidad del inmueble, tampoco una pequeña habitación o trastero que estaba cerrada con candado.

Un mini templo del sexo bajo llave

Como esperaban los agentes, cuando el lunes 28 entraron de nuevo al piso y abrieron con llave el candado de esa estancia, hallaron el cadáver desnudo de Milena tumbado boca arriba en una cama. La escena era dantesca, ya que se trataba de la pequeña habitación que utilizaba Alfonso para realizar sus ritos sexuales.

Había disfraces con los que practicaba juegos de rol con las jóvenes. De todas ellas tenía una marcada obsesión con una, a la que hasta había dedicado un altar con sus fotografías que también se encontraba en el mismo habitáculo.

En el marco de esos juegos de rol, a una de las 'sugars' llegó a pedirle que fueran a un cementerio para que ella simulase que estaba muerta.

Los investigadores constataron que la misma tarde del día 22, fecha en la que se piensa que Milena fue asesinada, Alfonso quedó con otra joven, y a su vez con una tercera al día siguiente, todo antes de quitarse la vida.

La Policía Científica inspeccionó la habitación en la que apareció el cadáver de Milena, donde no se encontraron restos de sangre. Por esa razón, los investigadores dejaron abierta la posibilidad de que la joven hubiera sido asesinada en otro lugar, dentro o fuera de la vivienda.

Lo que sí descubrieron en una pared del salón del domicilio, al activar la luz ultravioleta, fue una inscripción invisible a primera vista en la que se leía 'Helker Skelter', el título de la mítica canción de la banda The Beatles (referido en español al descontrol o desorden) y un lema ligado al oscurantismo y a los crímenes de la familia Manson.

Dos testigos clave

Otro de los aspectos que alimenta el misterio en torno al caso es la intervención de dos personas que accedieron al piso de la calle Fray Luis de León tras el hallazgo del suicidio de Alfonso y antes del descubrimiento del cuerpo de Milena por parte de la Policía, entre los que transcurrieron unas 48 horas.

Se trata de la expareja del presunto homicida y de un amigo en común, quienes reconocieron haber abierto antes que los agentes el habitáculo donde estaba la joven, a la que confundieron con una muñeca hinchable, según declararon ante los investigadores.

El conocido letrado penalista Juan Manuel Medina se ha hecho cargo del caso en representación de la familia de la víctima y, consultado por EFE, ha rehusado hacer declaraciones toda vez que la instrucción judicial se encuentra en una fase inicial.

¿Supo alguien más que Alfonso de la muerte de Milena antes de ser encontrada por la Policía? ¿Intervinieron terceras personas en el crimen? Son preguntas que el caso deja abiertas y que la investigación tratará de esclarecer.