Delito contra la salud pública

Denuncian a un paciente por fumar porros en su habitación de hospital de Zaragoza

La acompañante de otro ingresado se queja al Servicio Aragonés de Salud de esta situación que dura "un mes" | Las enfermeras no pueden hacer "nada", lo han trasladado a "sus superiores" y han incluido este comportamiento en su expediente médico

El paciente permanece ingresado en la habitación 714 de la planta de Neuología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza.

El paciente permanece ingresado en la habitación 714 de la planta de Neuología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza.

A. T. B.

Hace años que los ceniceros desaparecieron de las consultas médicas y los hospitales se convirtieron en espacios libres de humo tanto para sus trabajadores como para sus pacientes. No obstante, no parece que sea así para un hombre que permanece ingresado desde hace un mes en la habitación 714 de la planta de Neurología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza.

Según han contado partes perjudicadas a este diario, este varón no ve ningún inconveniente en fumar porros de marihuana en su compartimento a pesar de las reiteradas quejas por parte del personal de enfermería de esta séptima planta. Se trata de una situación a la que llevan haciendo frente "un mes" y contra la que solo cabe, de momento, la resignación pues, "la Policía no puede hacer nada hasta que no sea flagrante", es decir, hasta que no le pillen con las manos en la masa.

No obstante, una usuaria de este mismo centro hospitalario ya trasladó el pasado sábado 7 de enero una reclamación al Servicio Aragonés de Salud vía registro electrónico, pero todavía no ha recibido respuesta a pesar de la confirmación de la tramitación de su solicitud por parte del Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón. Esta usuaria, que prefiere mantenerse en el anonimato, recuerda que el mismo día en el que ingresó uno de sus familiares ya se familiarizó con este olor tan característico que invade la séptima planta del Miguel Servet.

"¡Qué olor más raro!", pensó esta usuaria a eso de las 15.30 o las 16.00 horas del mismo día en el que ingresó el familiar al que acompañaba. Instantes después escuchó "un follón" que provenía del interior de la habitación 714, que permanecía cerrada. Eran los gritos de "unas cinco enfermeras" que abroncaban al paciente por estar fumando porros. "¡Pero otra vez estás fumando!", se escuchaba desde el otro lado de la puerta.

Las enfermeras, impotentes

Esta usuaria entabló conversación con las sanitarias, quienes le transmitieron su impotencia ante la imposibilidad de hacer nada. En este sentido, le informaron de que ya habían trasladado sus quejas a sus superiores, así como también habían hecho constar el comportamiento de este paciente en su expediente médico.

La situación se volvió a repetir al día siguiente, el día 8 de enero. Al parecer, la marihuana le es proporcionada por sus mismos familiares cuando suben a visitarle a la habitación, donde permanece solo aunque se trate de una habitación doble.

"Entiendan el peligro que supone tener una persona fumando con acceso a mecheros en un lugar donde existen bombonas de oxígeno y otros peligros dentro de un hospital"

El perjuicio al que se enfrentan los pacientes va más allá de la inhalación del humo de los porros, que se cuela por las rejillas del aire acondicionado y que recorre todas las habitaciones de las plantas. «Entiendan el peligro que supone tener una persona fumando con acceso a mecheros en un lugar donde existen bombonas de oxígeno y otros peligros dentro de un hospital», denuncia en su demanda, a lo que añade: "El resto de enfermos no tiene por qué soportar el olor que desprenden los porros de este individuo. Este hecho contraviene las más elementales normas de seguridad y salud de un hospital y ustedes son responsables de velar por el bienestar de todos los pacientes".

"Ruego pongan de forma Inmediata fin a todo esto, pues me indican que esta situación se viene produciendo desde hace más de un mes, por el bien del conjunto de los usuarios del servicio, del que ustedes son responsables", finaliza su denuncia de los hechos ante el Servicio Aragonés de Salud.