DESAPARECIDA EN ASTURIAS

Varios testigos vieron dos coches junto al de Sandra Bermejo la madrugada que desapareció

Un grupo de pescadores afirma que había tres vehículos en el parking de Cabo Peñas (Asturias), donde el móvil de la joven perdió la conexión

Sandra Bermejo desapareció el 8 de noviembre en Gijón.

Sandra Bermejo desapareció el 8 de noviembre en Gijón. / CASO ABIERTO

Tamara Morillo

Tamara Morillo

Había tres coches en el parking de Cabo Peñas (Asturias) la noche en que Sandra Bermejo desapareció. Varios testigos, según consta en un informe de la policía al que ha accedido CASO ABIERTO, han contado a la familia y a la policía que los tres estaban juntos, "muy próximos entre sí".

Tres turismos, a las 7:30 horas, cuando "lo habitual es que, en ese lugar, y a la mencionada hora, no se observe ningún tránsito de vehículos". El hallazgo extrañó a un grupo de percebeiros que, cuando fueron a faenar, se toparon con ellos cuando aún no había sol. No era frecuente. Podría tratarse de pescadores furtivos. Miraron, lo descartaron, no había nadie más.

Tras enterarse de la alerta por la desaparición de Sandra Bermejo, tras conocer que se la buscaba allí, y que el coche de la psicóloga madrileña apareció en ese lugar, los pescadores comunicaron a los agentes de la Policía Nacional desplegados en la zona que "había tres coches, juntos, que amanecieron ahí".

Ese dato forma parte del atestado policial, según ha podido saber este medio, y podría ser relevante: confirmaría que Sandra no estaba sola el día, la noche, que desapareció.

Sandra Bermejo, en varias fotos de su álbum personal.

Sandra Bermejo, en varias fotos de su álbum personal. / CASO ABIERTO

Según el informe de los investigadores encargados del caso -agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría de la Policía Nacional de Gijón- los pescadores acudieron al parking los días 7, 8 y 9, sin saber precisar qué día exacto vieron los vehículos. "Teniendo en cuenta dicha información", aseguran los agentes en el citado atestado, "el único día que podría coincidir, tras el estudio del tráfico de llamadas, sería el 9 de noviembre de 2022".

Sandra desapareció el 8 de noviembre. Su teléfono -según la antena BTS- dejó de dar señal en esa zona poco antes de las seis de la tarde. Los dos coches que, presuntamente, podrían haber aparcado junto al de Sandra -y que permanecerían durante la noche- emprendieron la marcha después. El de Sandra se quedó. El vehículo de la psicóloga ya está en Madrid; se hizo una inspección parcial, pero no se analizó.

Los pescadores mostraron su total disponibilidad ante los agentes, también con la familia. A ninguno se la ha tomado declaración. Ni judicial ni policial. 

"No estuvo sola esa noche"

"Tenemos constancia de que, efectivamente, es así", confirma Joaquín Amills, presidente de SOS Desaparecidos y portavoz de la familia. Juan Manuel Medina, abogado de la familia de Sandra (también letrado de SOS Desaparecidos) añade: "por eso llevamos días repitiendo que Sandra no estaba sola, que Sandra no fue la única persona que estuvo en Cabo Peñas aquella noche y la policía lo sabe".

Pese al dato, en el citado informe no se registra nada más referente a los pescadores. Ni a los vehículos. No se han mirado -no se refleja en el documento- las cámaras de la Dirección General de Tráfico (DGT) que muestren qué coches pudieron llegar a Cabo Peñas. No se ha solicitado judicialmente el estudio del tráfico de llamadas general, no solo de Sandra, en la zona el día que desapareció. "No nos consta ninguna actuación en ese aspecto", reconoce Medina, que muestra cierta desesperanza, tras más de mes y medio de investigación. 

Imágenes de Sandra, difundidas tras la alerta por su desaparición.

Imágenes de Sandra, difundidas tras la alerta por su desaparición. / CASO ABIERTO

La nevera llena, la agenda también

Con un expediente académico brillante y una vida reinventada en Gijón, Sandra, apasionada del deporte, del senderismo, salió de casa aquel 8 de noviembre. Aparcó su coche en Cabo Peñas, su lugar favorito para caminar. Tras esto, todo se funde en negro. No acude a su clase de teatro; no se conecta a la videollamada con su familia. No atiende a los pacientes que tenía citados -de forma online-. Tras esto, Sandra ya no está.

Su casa, ordenada; la nevera llena, y una agenda con planes los días próximos, hicieron que su entorno descartara, desde el inicio, que Sandra hubiera dicho adiós voluntariamente. Cuarenta y cinco días después, sin embargo, la principal línea de investigación, según ha explicado ante los medios el comisario de la Brigada de Seguridad Ciudadana de Gijón, Jesús Marco Riaño, apunta a la ausencia como una "desaparición voluntaria". 

"Desaparición voluntaria, no"

Desaparición forzosa; accidente, pero en compañía -no sola mientras hacía senderismo-, son las hipótesis que baraja la familia. "La que no tiene sentido es la que contempla el suicidio, no se sostiene", afirma Joaquín Amills. "Sandra quizá no atravesaba su mejor momento, como todos pasamos muchas veces, pero no significa que quisiera poner fin a su vida".

"¿Desaparición voluntaria?", el término sigue sorprendiendo a sus familiares. Que Sandra se marchara para iniciar una nueva vida, rompiendo con todo, tampoco parece una opción. "Todo este tiempo se ha dicho que podría ser un suicidio o un accidente. Ninguna de las dos opciones que barajan entra dentro de la categoría de desaparición voluntaria según el protocolo de actuación de 2019 aprobado por el Ministerio del Interior. Desaparición voluntaria sería que Sandra hubiera dejado todo atrás para iniciar una nueva vida y, creemos, que no es el caso".

"Con estas actuaciones están llevando el caso de Sandra al fondo de un cajón"

"Se han dado demasiadas cosas por sentadas. Su coche, por ejemplo, no se analizó. A la hora de localizarlo le dicen a la familia que se lo lleve a su casa. ¿Cómo puede ser? Puede arrojar luz sobre muchas cosas", lamenta Amills. "Se realizó una inspección ocular, pero no se han buscado posibles restos biológicos de otras personas, comprobar si el asiento del conductor ha sido movido o si el volante ha sido regulado para una altura diferente, por ejemplo, que indicaría que lo cogió alguien que no fuera Sandra".

Amills muestra "tristeza" al hablar de la investigación. "Tenemos la mejor policía del mundo, no nos cansamos de decirlo: la Policía Nacional, la Guardia Civil. El trabajo que está haciendo el Centro Nacional de Desaparecidos, el Ministerio del Interior... pero nuestro trabajo es sumar. Creemos que hay cosas que no se están haciendo; no queremos atacar, el objetivo es encontrar a Sandra Bermejo. No es otro. Están llevando el caso de Sandra al fondo de un cajón".

Tampoco se tienen aún noticias del resultado del análisis de la camiseta blanca hallada en la zona y de la que alertó a los agentes la propia asociación. "No tenemos constancia de nada". La familia de Sandra, junto a su letrado Medina, está preparando la solicitud de nuevas actuaciones para poder combatir "las incongruencias" que en su opinión se han podido realizar. 

Sandra, celebrando su 31 cumpleaños, en una foto compartida por la familia.

Sandra, celebrando su 31 cumpleaños, en una foto compartida por la familia. / CASO ABIERTO

Fin de las batidas

Como al principio, no hay nada nuevo. Cuarenta y cinco días después, nada lleva a Sandra. A juzgar por las batidas y actuaciones policiales, su principal tesis siempre ha sido la misma: buscar en el mar. Lo confirman, también, los comentarios que los propios investigadores habrían hecho a la familia de la mujer desaparecida y a su entorno, según cuentan fuentes cercanas a CASO ABIERTO, "como ella, hay muchos desaparecidos en Cabo Peñas que no se han localizado. Es buscar una aguja en un pajar".

Ahora, la presencia de estos coches, podría confirmar lo que su familia lleva gritando desde el arranque: accidente o no, Sandra podría no haber estado sola el día en qué desapareció.