Un mujer de 50 años, víctima de la violencia machista, fue encontrada por la policía maniatada y desnuda de cintura para abajo en su vivienda de Sagunto (Valencia), tras recibir el aviso de su hija, a quien su presunto maltratador había amenazado con matarla en su presencia para causarle un mayor daño que si la mataba a ella. El acusado por estos hechos fue juzgado en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Valencia. El Ministerio Fiscal solicita para él penas que suman los ocho años de cárcel por delitos de detención ilegal, amenazas y contra la integridad moral por tenerla durante dos horas maniatada y desnuda en actitud denigrante, mientras la amenazaba diciéndole que "iba a ver cómo mataba a su hija".

Esta agresión machista se produjo el 31 de octubre de 2021 en el domicilio familiar, situado en Sagunto, donde víctima y agresor llevaban conviviendo cinco años. Tras una discusión el acusado comenzó a destrozar el mobiliario de la casa, según relató la víctima, la cogió del pelo y la arrastró del pelo, a la vez que le golpeaba en la cara.

Todo ello, según sostiene el fiscal en su escrito, para "demostrarle su creencia en la superioridad del hombre sobre la mujer". Por su parte, el acusado, que se acogió a su derecho a solo responder a las preguntas de su letrado, negó taxativamente esta circunstancia y trató de justificarse ante la Sala. "Yo no soy machista, yo también cocino", alegó en un claro ejemplo del concepto de machismo que tiene, como si cocinar fuera una tarea solo de mujeres.

"Yo no soy machista, yo también cocino", esgrimió el acusado ante las preguntas de su letrado

El procesado, de 42 años y nacionalidad española, negó haber maltratado a su pareja, aunque sí reconoce que cogió unas bridas del garaje. "Fue ella la que se dejó atar", argumentó en un intento desesperado por justificar lo evidente, ya que los policías encontraron a la mujer totalmente maniatada y con los pantalones bajados a la altura de los tobillos.

Asimismo, para explicar esta situación, el acusado también optó por alegar que era su pareja quien se los bajó voluntariamente y se puso delante de él "diciéndole que estaba cachonda", a la vez que gestualizaba con los brazos. "Yo no la tenía retenida, se podía haber ido en cualquier momento", esgrimió el procesado.

"¡No entres, llama a la policía!"

El relato de la víctima dista mucho de las excusas que puso el acusado ante las preguntas de la defensa –eludió responder a la Fiscalía y a la acusación particular–. La mujer asegura que le ató los pies con un pantalón y las manos con unas camisas, pero que para evitar que se soltara, fue al garaje a por unas bridas de plástico, con las que la maniató con las manos en la espalda y a la altura de los tobillos, impidiéndole que pudiera moverse.

Además, le quitó el teléfono móvil, desde el que mandó un mensaje a su hija: "Has abierto? Has venido a casita?", simulando ser ella para hacer venir a la joven, al tiempo que le decía que la iba a matar delante de ella.

Cuando la hija llegó en moto y entró a la casa por el garaje, la víctima relata que le gritó: "¡No entres, llama a la policía!", temiendo que su pareja llevara a cabo sus amenazas de muerte con ella.

Gracias al aviso de la hija, que telefoneó al 112, acudieron al lugar varias patrullas de la Policía Nacional y de la Policía Local de Sagunto. Los agentes liberaron a la víctima, quien llevaba cerca de dos horas maniatada y con los pantalones bajados. Además de las escoriaciones en muñecas y antebrazos, por las ataduras, la mujer presentaba lesiones en la cabeza.

Como consecuencia de estos hechos la mujer padece secuelas psicológicas y tiene problemas para conciliar el sueño. "No puedo dormir, pienso que en cualquier momento va a matar a mi hija", confiesa.

El presunto maltratador está en prisión provisional desde el día de su detención y ahora se enfrenta a una petición de pena de ocho años de cárcel por los delitos de detención ilegal, amenazas y contra la integridad moral.