La mujer acusada de atacar a sacerdotes e iglesias de Palma se ha negado a declarar en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial. La procesada, Merlinda M.D, de 50 años, se ha acogido a su derecho a no responder a ninguna pregunta de la Fiscalía, el Obispado -que ejerce la acusación particular- y su abogada. "No quiero declarar nada", ha explicado al tribunal de la sección primera. En la vista oral están citados a declarar como testigos los religiosos que sufrieron las agresiones y varias personas que presenciaron los hechos.

La Fiscalía solicita para la acusada penas que suman cinco años y siete meses de prisión por 25 delitos de amenazas, daños, contra los sentimientos religiosos, maltrato y robo con violencia con la agravante de discriminación. La mujer ya compareció ante el tribunal el pasado mes de julio en una vista previa, donde rechazó un acuerdo de conformidad para declararse culpable a cambio de una rebaja de la pena. La sospechosa, a quien se han diagnosticado enfermedades mentales, está acusada de una larga lista de agresiones y ataques en iglesias y centros religiosos de Palma, incluido el Obispado, cometidos a lo largo de tres años, entre noviembre de 2018 y diciembre de 2021.

El ministerio público relata en su escrito de conclusiones provisionales una serie de asaltos a iglesias de Palma y sostiene que la acusada está movida en "todos los casos" por un "evidente ánimo de menosprecio" hacia los sacerdotes, párrocos, sacristanes o particulares que prestan sus servicios religiosos o participan en actos religiosos propios de la religión católica. La última agresión se produjo en diciembre de 2021, cuando la mujer abordó al párroco de la iglesia Sant Miquel e intentó darle un tortazo en la cara, llegando a arrancarle la mascarilla mientras le decía "eres Satanás, yo no me voy de aquí porque soy la jefa" y "no te he pegado porque el día que te pegue no te vas a levantar".

Días después, prosigue el fiscal, la mujer le dio un fuerte golpe al párroco en la espalda mientras le decía a familiares de éste: "Es al cura al que quiero matar". Además de los años de prisión, el fiscal pide que la procesada sea internada durante 18 años en un centro psiquiátrico y una indemnización de 1.650 euros para uno de los religiosos a los que atacó por perjuicios morales y lesiones.