El espeleobuceador Miquel Perelló fue rescatado anoche en buen estado pasar siete horas en el interior de una cámara de aire en la Cova de sa Gleda, una compleja red de galerias inundadas en la zona de Calas de Mallorca, en Manacor. La Guardia Civil, Bombers de Mallorca, Policía Nacional y la Federación Balear de Espeleología se habían movilizado para intentar llevar a cabo una compleja operación de rescate. Un equipo de submarinistas de la Guardia Civil especializados en rescates en cuevas viajaba ayer desde Madrid para dirigir el rescate. Cuando desapareció Miquel Perelló estaba acompañado por Xisco Gràcia, que en 2017 sobrevivió tras permanecer dos días en una de estas burbujas de aire. Precisamente el buzo que logró sacar a noche a Perelló fue el mismo que en aquella ocasión sacó a Gràcia. 

El incidente se conoció a las cuatro y media de la tarde. Perelló, Gràcia y un tercer espeleobuceador estaban llevando a cabo un recorrido por el interior de sa Gleda, un intrincado sistema de galerías de trece kilómetros bajo el nivel del mar, muy conocido entre los aficionados al espeleobuceo. Está considerada la cueva subacuática más grande de Europa. 

Durante el recorrido, Miquel se separó de sus acompañantes. Los otros dos buceadores salieron de la cueva a las cuatro y media de la tarde, como habían acordado, pero Perelló se quedó dentro. De inmediato se dio la voz de alarma. 

Perelló tenía aire en sus bombonas hasta aproximadamente las cinco de la tarde, pero sus compañeros tenían la esperanza de que se hubiera podido refugiar en alguna de las cámaras que albergan burbujas de aire que saben que hay en el interior de sa Gleda. 

Mientras tanto, los equipos de emergencia se movilizaron para preparar todo para el rescate. En la entrada de la cueva se dispusieron varios equipos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, y de los Bombers de Mallorca, así como dotaciones de la Policía Nacional. Desde Madrid viajaba un equipo del GEAS especializado en rescates en cuevas sumergidas. También se movilizó un grupo de rescatistas voluntarios de la Federación Balear de Espeleología.

Inicialmente el plan de ayer pasaba por esperar la llegada de los especialistas de la Guardia Civil de Madrid, pero los compañeros de Perelló conocían una cámara en la que se podía haber refugiadoA las ocho de la noche dos de ellos fueron autorizados para bucear hasta este punto y comprobar si estaba allí. El intento salió bien. A las once de la noche salían al exterior con Perelló. Habían comprobado que aún tenía aire suficiente en su botella, por lo que les pudo acompañar hasta la superficie.

Salvamento in extremis en una red de galerías de trece kilómetros

Miquel Perelló, de unos cincuenta años, es buzo de profesión y está considerado un experto espeleobuceador. Esta circunstancia alimentaba ayer las esperanzas de sus compañeros, entre los que estaba Xisco Gràcia, que ya fue protagonista de un salvamento milagroso. El 22 de abril de 2017 Gràcia fue rescatado tras permanecer dos días en una cámara de aire en la Cova de sa Piqueta, en la misma zona. Sa Gleda, con trece kilómetros de galerías inundadas, fue el escenario donde anoche se repitió un salvamento extremo, que tuvo un final feliz.