La declaración prestada por varios testigos en el juicio que se celebra en Elche por la muerte a golpes del pequeño Daniel, de siete meses, ha colocado al acusado de matar al bebé de su pareja en una complicada situación al ser señalado como un presunto maltratador de niños que habría agredido con anterioridad a más menores y a dos excompañeras sentimentales.

Según el testimonio prestado por dos jóvenes, hijos de una expareja con la que el acusado mantuvo una relación durante once años, las agresiones eran diarias desde que era pequeño y que vivía en una situación de pánico. Este joven ha relatado en la vista oral que Ginés S.A. llegó incluso a agredirle con un palo de hierro y que le tuvo encerrado seis meses en una habitación, de la que solo salía para ir el baño. Este testigo asegura que el acusado les pegaba desde pequeños a él y a su hermana, a la que metió en una ducha con agua hirviendo. Todas estas palizas denunciadas por este testigo ocurrían cuando su madre no estaba en casa.

Una expareja de Ginés que también ha testificado en el juicio ha reconocido que le ve capaz de matar a un bebé. Esta testigo ha explicado que veía a sus hijos con moratones de forma habitual pero él le decía que se habían caído.

Bofetadas

Esta mujer señala asimismo que le molestaban especialmente los niños pequeños cuando lloraban y que no eran solo sus hijos las víctimas de los malos tratos, ya que a sus cuatro hijos los "tumbaba" de bofetadas. Por otro lado, destacó en su declaración que una hija suya tiene problemas neurológicos en la actualidad a causa de los puñetazos que el acusado le daba en la cabeza desde que era pequeñita.

La expareja asegura que también fue ella misma víctima de malos tratos y agresiones por parte de Ginés. En una de las ocasiones dice que la dejó encerrada en una casa de Elche y tuvo que ser rescatada por la Policía y los Bomberos, por lo que tuvo que ser sacada por un balcón.

Una hija de Ginés también ha relatado las agresiones sufridas a manos de su padre, aunque matizando que no eran habituales y que lo hacía porque era "rebelde". Sin embargo, dice que a su hermana no le pegaba. "A mi me corregía con la manos" y en dos ocasiones "con una correa", afirma la testigo, quien indicó que en una ocasión le dio un puñetazo en la cara y le agarró por los pelos. Según esta hija, esto sucedió cuando tenía 14 o 15 años y se fugó de casa un fin de semana. Cuando regresó, señala que le golpeó en la cabeza y que llegó a quedarse inconsciente.

Pese a estas agresiones, la hija no considera a su padre capaz de matar a un bebé. "Nunca he visto a mi padre violento con un bebé", afirma la hija, quien niega que su padre tuviera una actitud machista pero reconoce que le dio una paliza cuando se separó de él.

Esta hija fue la que estuvo a cargo del pequeño Daniel tres días antes de su muerte y se percató de que tenía cinco marcas digitales de dedos en su cuerpo y tres morados en la cara. Ginés le dijo que se había caído del sofá y la madre de Daniel afirmó que eran arañazos las marcas del cuerpo.

Esta testigo ha ofrecido nuevos datos no aportados ni ante la Policía ni en el juzgado que instruyó la causa, donde dijo que la madre era buena con el bebé. Así, asegura que la noche antes de la muerte de Daniel, el bebé no paraba de llorar y la madre, acusada también en el juicio de los mismos hechos que su expareja, comenzó a gritar insultando al pequeño y diciendo que "me tienes hasta el moño". Su padre, según la testigo, le pidió entonces que no le gritara al bebé porque iba a alterarse más y ella logró que se callara el niño.

"Un golpe mal dado"

La hermana de la anterior testigo ha relatado en el juicio que con ella nunca fue agresivo su padre, aunque indicó que una vez la amenazó con cortarle la cabeza y atropellarla con un coche. Asimismo, ha reconocido que cuando murió el pequeño Daniel pensó "que había sido un golpe mal dado".

Otra expareja de Ginés ha explicado que el acusado intentó agredirla con un bate de béisbol y que también pegó a sus hijas, aunque en la vista oral ha suavizado las acusaciones realizadas anteriormente contra su excompañero en sede policial y judicial.

Allegados a la madre, entre ellos el padre biológico de Daniel, han negado en el juicio que ella tuviera problemas con el alcohol y las drogas. Todos coinciden en asegurar que Conchi es una buena madre. "Trataba a sus hijos como ángeles", ha afirmado el padre de Daniel, que no reconoció a su hijo pero ahora ejerce la acusación particular contra el padrastro como único autor del asesinato del pequeño.

Por contra, el padre de una hija de la madre de Daniel ha declarado que le pegaba a la niña y ha asegurado que ha sido amenazado y advertido por familiares para que tuviera cuidado con lo que declaraba en el juicio.

La tercera sesión del juicio prevista para este miércoles incluye la declaración de los forenses y otros peritos. Su testimonio también será clave para arrojar luz sobre las lesiones que presentaba el bebé cuando murió el pasado año en Elche.