Hedangeline Candy Arrieta fue condenada a 34 años de prisión por asesinar, torturar y robar a un informático vecino de Getxo en Pedrola al que había engatusado a través de la red de contactos Badoo. Un fallo que esta mujer trata ahora de invalidar desde la cárcel en la que está ingresada con una carta enviada a la Audiencia de Zaragoza. En ella arremete contra su letrado, la única opción que le queda para intentar que se repita este juicio con jurado popular.

Como no puede alegar que no estuvo garantizado su derecho a la defensa porque tuvo abogado, Luis Ángel Marcén, afirma en una misiva a la que tuvo acceso este diario que el letrado "estaba pagado" por su compañero de banquillo, Mohamed Achraf, "siendo así condicionada mi defensa al beneficio de este y poniendo en contra de mí todo argumento por mi parte". "En fechas de celebración del juicio yo estaba bajo amenazas por parte de Mohamed, lo cual hace que mis declaraciones no pudieran ser claras y entendibles debido al temor y miedo de que arremetiese contra mi familia o hacia mí", señala.

Pero va más allá y asegura que el 8 de febrero se presentó con un ojo morado que le hizo el acusado y que se lo dijo a su abogado, si bien este le contestó «que no dijera nada ya que me perjudicaría en la defensa". "Me incitó a mentir sobre los hechos y tapó el hecho de que yo fui secuestrada, abusada y maltratada por Mohamed", añade.

Una circunstancia que durante la vista oral fue rechazado por los agentes de la Guardia Civil que le detuvieron, quienes destacaron que en ningún momento su perfil respondía al de una mujer maltratada y que en las vigilancias que habían realizado ella se comportaba libremente. Las víctimas que pudieron contar lo que sufrieron también rechazaron que ella respondiera a órdenes por parte del otro miembro de la banda del Badoo.

Independientemente de que este juicio fuera anulado, la joven venezolana que se hacía llamar Dulce Ángel para cazar hombres tiene pendiente una sentencia por secuestrar, robar y torturar a un vecino de Tudela que viajó a Luceni para lo que creía iba a ser una relación sexual y una condena de 12 años y medio por el mismo modus operandi con respecto a un vecino de La Almunia de Doña Godina.

En el caso de la víctima mortal, José Antonio Delgado, los dos encausados no solo le torturaron sino que le enterraron vivo en un paraje a las afueras de Pedrola, en 2019. El hombre viajó al encuentro con su vehículo, un Mercedes 220 que posteriormente revendieron a través de la web Milanuncios.com.