Un maltratador ya condenado se enfrenta este martes a otros 15 años de prisión por presuntos delitos de detención ilegal, robo en casa habitada, quebrantamiento de sentencia y tentativa de asesinato, con agravante de parentesco. 

La Fiscalía sostiene que el hombre se coló de madrugada en la casa de Segorbe de quien fuera su expareja en mayo del 2020, estando ella dormida. Lo hizo, presuntamente, junto a un amigo para quien el Ministerio Público pide una pena de 12 años, según consta en el escrito de acusación provisional.

Tras dirigirse ambos varones a la habitación de la víctima, le taparon supuestamente la boca con la mano para, acto seguido, darle un fuerte puñetazo que la dejó inconsciente, amordazándola en tal estado con dos pañuelos atados uno sobre otro y un nudo a la altura de la nuca. Los mismos le cubrían la nariz y la boca, dificultándole la respiración. Asimismo, la maniataron fuertemente por las muñecas y tobillos con bridas, poniéndole los brazos a la espalda.

La perjudicada, sin embargo, recuperó brevemente el sentido a pesar de estas circunstancias, y pudo escuchar cómo uno de los intrusos le decía al otro: «¿La matamos?», a lo que el otro respondió: «Déjala, que se muera sola».

La mujer quedó en posición de cúbito lateral durante nada menos que 22 horas, según el escrito provisional de la Fiscalía. Finalmente, fue hallada y rescatada por agentes de la Guardia Civil. Cuando fue auxiliada, la víctima presentaba pérdida de sentido, pulso débil y extremidades inferiores y superiores amoratadas.

Además, con ocasión de toda esta situación descrita, los intrusos se llevaron un móvil Samsung Galaxy, tasado en 180 euros.

Como consecuencia de lo anterior, la mujer sufrió policontusiones con hematomas, dolor generalizado y excoriaciones circulares en las muñecas y los tobillos. Como secuelas psicológicas, el Ministerio Fiscal habla de trastorno ansioso depresivo reactivo, con estrés postraumático.

Los acusados se hallan privados de libertad desde su detención en mayo del 2020 y este martes se sientan en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial para responder por estos hechos. Está previsto que el juicio se prolongue también durante las jornadas de miércoles y jueves.

Además de los 15 y 12 años de prisión para los procesados, el Ministerio Público aboga, en el apartado de la responsabilidad civil, por que la mujer sea indemnizada en 180 euros por el teléfono robado, en 300 por las lesiones sufridas y en otros 6.000 euros por los daños morales ocasionados.

La expareja de la mujer ya había sido sentenciada por un delito de maltrato machista.