Lo que a priori era un control rutinario de tráfico de la Guardia Civil terminó con la resolución de un crimen por parte de la Policía Nacional. Los agentes del Instituto Armado se vieron obligados a inmovilizar el coche que conducía el monfortino David M.C., de 21 años, al apreciar que éste carecía por completo del permiso de circulación.

Fue entonces cuando descubrieron la documentación de Benito Torreiro Sío, un profesor jubilado de 69 años. El joven afirmó primero ser su familiar, y al contactar los agentes con su sobrino, éste afirmó no conocer a David. El posterior engranaje policial permitió descubrir el cadáver apuñalado del docente en su piso de Areal, 136.

Todas las pruebas realizadas hasta el momento por los investigadores –declaraciones de testigos, ADN– demuestran que David es el autor material de los hechos. Sin embargo, las diligencias actuales van encaminadas a descartar la participación de terceras personas en el crimen.

Esto sería, según fuentes consultadas por este diario, el último fleco para dar por cerrado policialmente el caso. Y es que hay que recordar que el joven fue detenido en compañía de otras tres personas, un mayor y dos menores de edad, que también serán citados por el Juzgado de Instrucción 4 de Vigo.

Por su sala pasó ayer el propio David M.C., acogiéndose de nuevo a su derecho a no declarar. De igual modo fue sometido a nuevas pruebas forenses para determinar la presencia de tóxicos o drogas.

El nombre de David M.C. salta en varias páginas web de compraventa. Y es que son decenas las personas que advierten sobre sus timos y estafas. Precisamente cuenta con varios antecedentes por este delito y, en vista de las actuaciones, podría incrementarse el número. Y es que además del delito de asesinato, el monfortino ha pasado a estar investigado por un ilícito de estafa.

¿El motivo? Las compras que el detenido realizó el día del crimen y posteriores con la tarjeta de crédito del fallecido. Ambos concertaron una cita el 28 de diciembre. La Policía constató que fue minutos después cuando el profesor realizó la última llamada, a una amiga que según contó a los agentes, no había detectado nada extraño. Se desconoce con certeza la relación que David C.M. y la víctima mantenían, aunque la investigación apunta a que el joven le ofrecería su compañía a cambio de una compensación económica.

De ahí que la Policía haya decidido investigar si las compras que el detenido efectuó con la tarjeta de la víctima fueron consentidas por el profesor, es decir, si le dio la tarjeta para sus gastos. Preguntado a sus familiares más próximos –Torreiro estaba soltero y sin hijos–, no han querido pronunciarse sobre este extremo. El volcado de datos también ayudará a establecer si existía una relación más afectiva entre ambos, si era la primera vez que quedaban o si el joven era conocedor de la holgada situación económica de Torreiro.

Lo que sigue siendo una incógnita es el móvil que desencadenó el crimen. En el escenario del crimen se halló una huella coincidente con la de una zapatilla hallada en el piso del fallecido. En su poder tenía también las llaves, documentación y tarjetas de Benito Torreiro.

El interior de la vivienda no estaba revuelto y, aparentemente, tampoco parecía haber daños en los objetos personales. De la autopsia se desprende que el docente jubilado recibió, en primer lugar, un fuerte golpe en la cabeza que lo dejó aturdido y sin posibilidad de defenderse de las puñaladas que recibió, una de ellas mortal en el cuello.