María Marian ya descansa en paz y su familia ya ha podido despedirse de ella. La joven asesinada, hace tres años, a tiros en la puerta de su vivienda en a urbanización Torre Urzaiz del barrio zaragozano de Movera, ya no se encuentra en la cámara frigorífica del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) en el que reposaba tras la autopsia. Allí estaba esta joven que tenía 28 años cuando murió porque el juez instructor del caso rechazaba desprenderse del cadáver porque continuaba la instrucción y podía ser necesario un segundo análisis forense.

La familia de la fallecida había solicitado por activa y por pasiva tener el cuerpo, pero siempre era rechazada la petición. Fue la Audiencia de Zaragoza la que solicitó la opinión de la Fiscalía y de los abogados de los diez detenidos. Nadie se opuso. Como consecuencia de todos estos avatares judiciales, la madre de la joven está bajo tratamiento psiquiátrico y tanto su marido como su otra hija aseguraron a la Justicia estar tomando también medicación. El cadáver de Maria Marian fue traslado a Sibiu, localidad de la que procedía la víctima y donde está previsto inhumar sus restos.

Lo cierto es que se trata de un crimen que sigue oscuro después de tanto tiempo. Un guante permitió detener a un sicario lituano y a nueve personas más por un vuelco de drogas. De hecho, este hallazgo hizo que Aivaras S. tuviera que cambiar su primera versión en la que proclamaba su inocencia por otra en la que admitía que aquella noche estuvo junto a la víctima. Este hombre señaló a otros dos hombres, Jesús J. M. y Juan E. O., que permanecen en prisión provisional, en el lugar del crimen. Los tres llegaron a la finca y accedieron a ella haciendo un agujero en la valla trasera.

Una vez identificada una persona, y antes de que este diera nombres, el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón realizó una extensa investigación relacionada con las diferentes geolocalizaciones de dos teléfonos móviles de Aivaras S., además de pinchazos telefónicos. Pudieron observar, por ejemplo, la planificación llevada a cabo por los autores. La información la habrían recibido de la familia de la pareja sentimental de la víctima, que está en prisión, y que tenía desavenencias con Maria Marian.

La investigación de este asunto no fue fácil por cuestiones como que el ADN hallado en las uñas de la víctima no corresponde a ninguno de los arrestados. Los agentes mandaron analizar al Laboratorio de Biología del Cuerpo Nacional de Policía estos vestigios ante la hipótesis de que la víctima pudiera haber arañado a uno de los agresores al tratar de defenderse. De hecho, llegó a pedir ayuda a su hermana tras recibir el disparo en el costado.