Una menor de quince años, víctima de continuas agresiones sexuales por parte del compañero sentimental de su madre, ha tenido que padecer un doble sufrimiento. Por un lado el calvario de los abusos y violaciones a los que presuntamente le sometía su padrastro, y por el otro sentir como su propia madre le daba la espalda y prefería creer a su presunto violador antes que el duro y doloroso testimonio de su hija. "Tranquila, serán pesadillas", le decía a la pequeña, haciéndole creer que era todo producto de su imaginación. Hasta en el juicio la progenitora mantuvo ayer su apoyo incondicional a su pareja por delante del desgarrador relato de su propia hija, a la que sí dan total credibilidad las psicólogas del Instituto de Medicina Legal de València que exploraron a la menor.

El acusado, de 35 años y nacionalidad ecuatoriana, se enfrenta ahora a una pena de doce años de prisión por un delito continuado de agresión sexual a persona menor de 16 años. Los hechos se produjeron en reiteradas ocasiones entre octubre y noviembre de 2019 en el domicilio familiar, en València.

El procesado mantiene su inocencia y alegó ante la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial que la niña se habría inventado los supuestos abusos porque se lleva mal con su madre, quien no acepta su orientación sexual. El testimonio del presunto violador fue avalado por la madre, quien también ahondó en el hecho de que su hija es lesbiana, como si ello importara sobre la veracidad o no de las graves acusaciones, que según ella, son infundadas.

Pese a tacharla de "mentirosa", la madre de la víctima alegó para quitarse cualquier tipo de responsabilidad penal, que en todo caso desconocía que esto estuviera pasando en su casa y que su hija no se lo dijo hasta tiempo después.

No obstante, la menor siempre ha mantenido la misma versión, dando detalles precisos que reafirman la verosimilitud de su relato. Además, afirma que se lo contó a su madre desde que comenzaron los abusos, pero ésta se negó a creerla. Según manifestó, le hizo pensar que se trataban de simples pesadillas.

Incluso cuando en febrero de 2020 la adolescente se atrevió a denunciar los hechos en el colegio, asegura que fue su madre la que la instó a retirar la denuncia y decir al siguiente que era todo mentira para no perjudicar al procesado. La convenció diciéndole que no podía acusar a su ‘papá’ porque si no lo iban a meter preso y no tendrían dinero ni para comer.

Actualmente la víctima se encuentra tutelada por la Generalitat después de que la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas la declarara en desamparo en noviembre de 2020. De hecho, su madre también fue inicialmente investigada por un delito de omisión del deber de impedir delitos que afecten a la vida, integridad o libertad sexual de las personas por haber consentido presuntamente los abusos.

El Ministerio Fiscal solicita para el acusado doce años de cárcel por un delito continuado de agresión sexual. En uno de los primeros episodios de tocamientos que relata la menor, ésta se encontraba tumbada en un colchón en el suelo junto a su hermana pequeña, y su madre también estaba durmiendo en el sofá. Posteriormente éstos dieron paso a agresiones sexuales con acceso carnal, cuando su padrastro entraba de noche en su habitación. Las especialistas del IML que exploraron a la menor no aprecian móvil espurio y dan plena credibilidad a su relato, sin variaciones en el tiempo y con detalles precisos.

Agresión a su asistenta

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Valencia juzgó este jueves a un hombre acusado de intentar violar y agredir a la mujer que realizaba tareas de limpieza en su casa. La Fiscalía, que pide nueve años de prisión, mantiene que el 9 de noviembre de 2019, cuando la víctima estaba en la vivienda del procesado, el procesado cerró la puerta con llave y le propuso a la mujer mantener sexo. Ante la negativa de ella, éste la golpeó e intentó forzarla sexualmente, lo que no consiguió por la fuerte resistencia de la víctima.