Antonio Renato W. N., el profesor interino gijonés de 55 años acusado de acosar sexualmente a dos alumnas, tampoco se ha presentado esta mañana en el juicio, que finalmente se ha celebrado de todos modos, ya que la ley lo permite cuando la pena solicitada es de un año de prisión, como en este caso. No se ha escuchado la declaración del profesor, pero se ha sabido lo que dijo al verse descubierto. "Tengo la conciencia tranquila, no pasó nada", aseguró al director del centro cuando éste le pidió explicaciones por los mensajes en los que solicitaba una cita a las dos alumnas. "Pensé que eran mayores de edad y que se estaban insinuando", dijo durante la instrucción de su expediente disciplinario, que finalizó con su suspensión de empleo y sueldo por seis meses.

Las alumnas, que hoy tienen 22 y 23 años, fueron muy explícitas, en su declaración esta mañana ante el Juzgado de lo penal número 1 de Oviedo. "Me pregunto si me parecía bien quedar fuera de clase, porque le gustaba y le parecía guapa. Me pareció mal, me sentía humillada, sentía vergüenza, tuve bastante miedo", aseguró una de ellas, que tenía 16 años cuando ocurrieron los hechos en un instituto de Llanera. "Le veías actitudes raras, favoritismos por las chicas, se mostraba celoso si se enteraba que alguna de nosotras tenia pareja, y les separaba en clase", añadió.

A otra, de 17 años en aquellos días, le mandó un ramo de rosas virtual y le preguntó si se tomaría algo con él. "Me sentí mal, se lo conté a mi madre. Quería quedar conmigo y su intención no era precisamente tomar una coca-cola. Le contesté que no me parecía propio de una relación entre profesor y alumna", comentó. A esta alumna la avergonzó en clase con un comentario inaceptable. El profesor aseguró que tenía una furgoneta. Un alumno le preguntó si había probado la colchoneta. "Él contestó: 'No sé, pregúntale a Carla'. Me sentí muy humillada, agaché la cabeza", indicó en el juicio esta mañana.

Los alumnos acudieron al jefe de estudios y luego al director del instituto, Carlos Suárez. Éste aseguró que encontró a las alumnas "temerosas, una de ellas sentía asco, vergüenza e impotencia". Y añadió: "El comentario de la colchoneta tenía índole sexual y absolutamente indecoroso". El día que los responsables del centro se enteraron, quisieron hablar con el profesor. El director le ordenó reunirse con él tras las clases. "Pero se nos escapó literalmente. Ignoró la orden del director. Al día siguiente hablamos con él y dijo que no era consciente de que estuviese haciendo algo mal", rememoró el jefe de estudios, Vicente García. "En 25 años de profesión nunca había visto nada igual", añadió el docente.

El fiscal mantuvo su petición de un año de prisión por dos delitos de acoso sexual, al entender que el acusado tenía intención de mantener relaciones sexuales con las menores. No obstante, en caso de que se considere que no tenía esa voluntad, pidió subsidiariamente un año de cárcel por dos delitos de trato degradante. La acusación particular defendió que sí hubo una clara solicitud de favores sexuales. Se sorprendió de que, después de este incidente, Antonio Renato W. N. hubiese seguido dando clases, concretamente en Cangas de Onís. Y deslizó que, antes de Llanera, tuvo otro episodio en otro centro, "pero no hemos podido saber nada porque se echa tierra sobre los casos". También afeó la actitud "escapista" del profesor, por no haber ido al juicio. No acudió a la primera vista, aduciendo que no se la habían comunicado. Se dictó orden de busca y captura y fue detenido mientras estaba haciendo el segundo examen de unas oposiciones de Educación en Oviedo. Ahora tampoco se ha presentado a la vista de esta mañana.

La defensa, a cargo de Luis Manuel Fernández, pidió la libre absolución: "Pedir una cita no es una solicitud de favor sexual. No colocó en una situación hostil o intimidante a las alumnas. No negamos que su actitud fue moralmente reprochable, e inapropiada profesionalmente, pero no puede ser condenado penalmente". El magistrado José María Serrano tiene ahora que dictar sentencia.