Al menos ocho testigos que presenciaron la paliza mortal a Samuel Luiz la madrugada del 3 de julio identificaron “sin ningún género de dudas” en las ruedas de reconocimiento a los seis detenidos por el crimen del joven sanitario de 24 años, según consta en el sumario del caso, al que ha tenido acceso La Opinión de Coruña. Los detenidos son tres varones adultos, que están en prisión desde el 9 de julio, una joven —pareja del primer arrestado—, que está en libertad pero con obligación de comparecer en el Juzgado, y dos menores de edad, uno de ellos con antecedentes penales que estaba en un periodo de libertad vigilada cuando ocurrieron los hechos. Ambos están en un centro de menores también desde el 9 de julio. Todos están investigados por homicidio o asesinato, a concretar durante la instrucción. Al cuarto detenido se le imputa además un delito de apropiación indebida, al haberse llevado el móvil de la víctima.

Los investigadores cuentan con declaraciones de trece personas que consideran testigos directos —entre ellos uno de los detenidos y su pareja, que no está investigada, las amigas de Samuel, Lina y la joven con la que hacían la videollamada — y testigos de referencia. Todos ellos señalan al primer arrestado —novio de la chica que está en libertad, pero con obligación de comparecer en el Juzgado— como participante activo en la pelea. En el sumario, se recogen también evidencias contra el segundo detenido —amigo de los demás investigados—, al que la cámara de seguridad del interior del pub El Andén, en el que Samuel y sus amigos habían coincidido con los que serían sus agresores minutos después, graba con nitidez escondiendo una botella de cristal entre su ropa. Los agentes apuntan a que es esta botella la que se rompió durante la agresión mortal a Samuel y de la que han recuperado trozos que contienen ADN de este segundo detenido.

A pesar de que algunos testimonios apuntaron en un primer momento a que había otro varón que portaba una navaja y que estaba muy nervioso como uno de los integrantes de la “pandilla” [así se refieren a los presuntos agresores los agentes], finalmente, su participación quedó descartada al corroborar que este joven había tenido un altercado en las inmediaciones de la discoteca Moom.

Otro de los amigos de los detenidos —que después se reúne con ellos en el parque de San Diego— asegura en su declaración que, cuando llegó, le preguntó al cuarto detenido qué había pasado en Riazor, este le había dicho que el primer arrestado había tenido “una historia con un chico que le estaba grabando y que le molestó” y que, entonces, otro amigo —el segundo detenido— le había cogido “por el cuello” y que habían caído “al suelo”. En este punto, aseguró que Samuel había conseguido levantarse pero que el primer detenido le había vuelto a tirar al suelo y que le había pegado “unos puñetazos”, aunque no sabía si antes o después de caerse. En su relato, el cuarto detenido le cuenta a este testigo que “quitan del suelo” al joven que había iniciado el conflicto y que, entonces se unen a la agresión otros dos jóvenes —los menores que ahora están en un centro privados de libertad—. En esta reunión, de la que informó este diario, este joven comentó que el segundo detenido se había echado “las manos a la cabeza” para decir: “Que yo no lo he matado, solo le di dos puñetazos”, según su declaración, a lo que él le respondió: “Con dos puñetazos no se mata a nadie”. Este joven sabía que Samuel se encontraba, cuando menos malherido, ya que había subido en taxi desde Linares Rivas hasta el Hospital de A Coruña (Chuac) con un amigo, ya que una chica de su pandilla había sido trasladada al sufrir un coma etílico. Fue en el hospital donde, según su relato, un sanitario de Cruz Roja les comentó lo sucedido.

Este testigo aseguró que, a esta reunión del parque de San Diego —que se produjo después de la del parque Europa— le citó otro de sus amigos que, si bien no está detenido sí está identificado en el sumario, y que, allí se encontró con el cuarto detenido, con su novia, y con el segundo investigado, además de con otros chicos a los que no conocía.

El comisario jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial de A Coruña, Pedro Ramón Agudo, declaró tras el levantamiento del secreto de sumario que, en esta reunión participaron todos los presuntos agresores y que investigarán si, en esta segunda cita quedaron para destruir pruebas que los implicasen con lo sucedido.

Es este testigo el que reveló que el cuarto detenido había intentado vender el teléfono móvil de la víctima a otro de los miembros del grupo. Aunque la declaración de este joven —ahora privado de libertad— va en sentido opuesto. Que fue un amigo quien se lo intentó comprar “por cien euros” —había valido más de 800, según consta en el sumario—, pero que no accedió a la transacción. Aseguró a los agentes que tenía intención de llevarlo cuando acudió a declarar, pero que después se asustó y que lo tiró a un contenedor, por lo que actualmente es ya “irrecuperable”.

“Puto maricón, si era un maricón de mierda”

En el sumario se recoge la declaración de una testigo a la que la Policía considera “de referencia” y que escuchó que la chica, novia del primer detenido, le decía a su pareja: “Cómo lo dejasteis [en alusión a Samuel], cualquier día te van a dar a ti las hostias”, en la que es la primera reunión que mantuvieron los miembros de la pandilla tras la agresión mortal. El joven le manifestó a esta testigo que venían del Playa, por lo que los investigadores no tienen dudas de que se referían a la víctima. Esta joven aseguró también a los agentes que el chaval tenía manchas de sangre en el polo. En su declaración consta que otro joven —que no está detenido, pero sí identificado— llegó al parque Europa y le dijo a la pareja: “Siempre que salgo con vosotros acabo con movidas”. Esta mujer refirió a los agentes que escuchó decir al primer detenido “puto maricón, si era un maricón de mierda”.

En la declaración de Lina, la amiga de Samuel, consta que el primer detenido se refirió a Samuel llamándole “maricón” cuando le increpó al pensar que los estaba grabando a él y a su novia. En la declaración del cuarto detenido —al que se le imputa también haberse llevado el móvil de Samuel— consta que su amigo, el primer arrestado, dijo en esa reunión: “Me jodí un pie”, y que, cuando llegó al parque Europa, le preguntó qué ocurría, ya que estaba con una chica a la que no conocía. Entonces, él le dijo: “Es que tengo un problema con los gais”, toda vez que la mujer le había manifestado que era lesbiana. El sumario recoge varias pruebas que incriminan a este primer detenido. Una evidencia es una inflamación en la parte exterior del pie derecho, que coincide con una contusión. Una testigo que estuvo presente en la reunión en el parque Europa, sobre las cuatro de la mañana, una hora después de la paliza a Samuel, indicó que el joven se había quitado la zapatilla y había metido el pie en el estanque. Esta mujer siguió a este joven y a su novia desde Linares Rivas, donde los vio discutiendo, junto a otro varón más, hasta el parque Europa, ya que pensó que se podría tratar de un caso de violencia machista, por lo que le preguntó a la chica si necesitaba ayuda e, incluso, le dio su número de teléfono, aunque ella le dijo que no.