Gema Román Viruete ha defendido en el juicio la inocencia de su hermano César, conocido como el Rey del Cachopo, manifestando que no es una persona violenta ni controladora, así como que poco antes del crimen que se le imputa le comentó que tenía intención de cerrar sus negocios en Madrid e irse fuera al haber detectado un desfalco en sus negocios de sidrerías.

Las testificales han proseguido en la octava sesión de la vista oral que se celebra contra el empresario por un delito de homicidio y profanación de cadáver. El jurado popular ha escuchado el relato de varias personas del entorno de Heidi Paz, quienes han descrito la joven de 25 años como "una mujer normal, trabajadora, responsable" y sin ningún tipo de relación con el mundo de la prostitución y el tráfico de drogas, en contra de lo manifestado por el acusado.

Desde que se vinculó a César con el crimen, su hermana siempre ha defendido su inocencia. Este miércoles ha declarado por videoconferencia al vivir en el extranjero. Su testimonio ha arrancado relatando cómo fue la niñez del Rey del Cachopo, siendo criado junto a sus tres hermanos por su madre y su abuela al haberse separados sus padres. Ante la insistencia de las preguntas de la abogada defensora, Ana Isabel Peña, acerca de esta cuestión para perfilar cómo había sido criado, la magistrada presidenta le ha insistido en que centrara sus preguntas al objeto del procedimiento.

La testigo no conocía en persona a la víctima pero sí que empezó una relación con su hermano en mayo de 2018 y que acabó un mes después. Gemma hablaba con César todos los días hasta que a finales de julio no logró contactar con él. Al paso de los días, se preocupó y contactó con Claudia, una de las hermanas de Heidi que vive en Miami. "Al principio no le dimos importancia porque pensamos que se habían ido de vacaciones. Empecé a preocuparme cuando él no se ponía contacto con su hija. Hablé con mi padre para poner la denuncia", ha relatado. La denuncia se interpuso el 30 de julio de 2018. Los forenses datan la muerte de la joven en la madrugada del 5 de agosto.

Según su relato, cuando supo que Heidi estaba embarazada, el acusado se mostró contento y feliz con la noticia. A preguntas sobre si es controlador, ha contestado que para nada. "Es una persona muy abierta, que habla mucho pero no controladora", ha recalcado, a lo que ha agregado que no era violento con los animales al ser inquirida por las denuncias de una de sus exparejas por maltrato de sus perros.

La testigo ha explicado que poco antes de que desapareciera su hermano éste le comentó que quería irse de Madrid porque no se fiaba de sus socios, ya que había encontrado un desfalco económico. "¿Heidi estaba en sus planes?" le ha preguntado el fiscal, a lo que ésta ha replicado que no.

"Una mujer normal"

Una de las amigas de Heidi. Luz Adriana C.L., ha negado ante el tribunal que la joven hondureña estuviera relacionada con alguna organización criminal o ejerciera la prostitución. "Nunca escuché que tuvieran problemas graves. Cuidaba a niños y estaba muy contenta porque había encontrado trabajo en una sidrería e iba a poder tener los papeles. Soñaba con estar con sus hijos", ha apuntado.