Natividad Rodríguez, exmujer de César Román, el Rey del Cachopo, ha explicado en el juicio que se sigue contra su ex que vivió "muchos episodios violentos" con él y que es controlador, un testimonio que ha corroborado otra exnovia del procesado, que ha asegurado que mató a varios de sus perros y que, al igual que Natividad, le sigue temiendo.

"Mentía muchísimo, en todo. Es agresivo, impulsivo, manipulador, muy celoso", ha dicho Natividad Rodríguez, mientras que la otra expareja, Sara, ha sostenido que César Román "es la persona perfecta para hacer lo que quiera con quien quiera". "Yo reflexiono y no me reconozco", ha añadido Sara ante el tribunal que juzga al procesado por matar y descuartizar a Heidi Paz en agosto de 2018.

Ambas lo han hecho tras un biombo para no tener que ver al presunto asesino.

Natividad, que estuvo casada con Román 14 años y tienen una hija en común que ahora tiene 12 años, ha relatado que César -en contra de lo que él dijo al jurado- tiene aún una orden de alejamiento sobre ella como consecuencia de la denuncia que acabó interponiendo, y tras la que le denunció otras cuatro veces por incumplir ese alejamiento. Por eso él no sabe dónde viven ahora ni el colegio al que va su hija.

Esta mujer ha relatado dos agresiones de Román: una a ella en Málaga porque él no quería que ella echase la siesta con su hija mayor, por lo que le tiró una bombona de butano y, al no darle, le rompió el espejo retrovisor del coche; y otra a un sobrina suya, a la que "tiró de un taxi en marcha" cuando la joven quería impedir que ella se fuera en ese momento con César.

En ese momento no denunció, pero lo hizo después, cuando le escribieron del colegio de su hija mayor -no la que tiene con Román- porque hizo unos dibujos en el colegio en los que resumía que se quería morir por culpa del acusado, y le recomendaron denunciar el maltrato.

"Pero al ir a la comisaría me dijeron que no pusiera la denuncia, que no tenía pruebas suficientes y le van a soltar e iba a ir a por mi", ha asegurado la exmujer de Román, quien a pesar de ello acabó denunciándole después, en un momento de 2017 que no ha precisado.

Natividad ha explicado que la hija que tiene con Román le dijo en 2018 que su padre tenía una nueva novia, Heidi, y luego le fue relatando que a veces la cuidaba la madre de esta chica, en cuya casa durmió alguna vez, si su padre trabajaba.

Desde que Natividad denunció a César y se le impuso el alejamiento, ella gestionaba las visitas de la niña a su padre a través de allegados, como el denominado Giovanni, quien le dijo el 13 de agosto de 2018 que César quería ir con la niña de vacaciones en los días siguientes, pero ya no supo más de él.

Sara Lacorte, que salió con el presunto asesino seis meses, desde septiembre de 2017 a mayo de 2018 y trabajó en las oficinas de su empresa, ha asegurado que ella tenía pareja pero le dejó por César, y ha relatado que el acusado llegó a hacerse pasar una mujer para que el que era su novio cuando el conoció creyera que la engañaba a ella y la dejase.

Ha preciado que era "agresivo" porque una vez le gritó dando golpes en el transcurso de una discusión y también está segura de que mató a tres de sus perros, aunque él decía que les había pasado otra cosa. También pegó fuertemente a una perra.

"Es impulsivo, lo vive todo al límite, tiene un gran poder de convicción, de hacerte oír lo que quieres oír en todos los momentos. Es la persona perfecta para hacer lo que quiera con quien quiera... yo reflexiono y no me reconozco. Mis amigos me decían si me había dado burundanga", ha dicho.

Sara ha reconocido que se fue a vivir a 200 kilómetros de Madrid por miedo, porque tuvo "una intuición" tras ver el carácter del acusado y que maltrató psicólogicamente a su hijo.

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Esta mujer ha dicho que Román tenía una maleta grande, azul, similar a la que se encontró en la nave con un torso humano dentro que luego se atribuyó a Heidi Paz.

Por su parte Adrián, el hombre que solía hacer labores de mantenimiento para la empresa de César Román, ha explicado que "tuvo comportamientos violentos", como golpear "muy brutalmente" a una perra en un chalé de Cubas de la Sagra (Madrid), donde él vivió con Sara.