A las nueve de la mañana de este viernes bajo un amplio dispositivo policial, se inició la reconstrucción de los hechos por la desaparición y muerte de la vecina de Monesterio, Manuela Chavero. Eugenio Delgado, único detenido por este caso, fue escoltado por efectivos de la Guardia Civil y de la Unidad Central Operativa, UCO, hasta la entrada de su domicilio, de la calle Cerezo. Después, acompañado por la comitiva judicial y policial, recorrió los escasos metros que se paran su vivienda de la de Manuela Chavero. A partir de ahí comenzó la reconstrucción de todo lo que pudo suceder la madrugada en la que desapareció Manuela, que entonces tenía 42 años. Debió salir de su vivienda de forma precipitada. Dejó encendidas las luces y la televisión.

Un capítulo más, del triste desenlace de esta vecina de Monesterio, cuya investigación ha resultado más que compleja y laboriosa. Cuatro largos años, hasta que el pasado mes de septiembre, la Guardia Civil detenía al también vecino de la localidad, Eugenio Delgado.

Acompañada por la abogada de la familia, Verónica Guerra; así como por la abogada y delegada andaluza de la asociación Clara Campoamor, Patricia Catalina; llegaba hasta las inmediaciones de las viviendas de Manuela Chavero y Eugenio Delgado, Emilia Chavero, hermana de Manuela. Dos cordones policiales impedían la entrada de personas ajenas a la investigación. Tras ellos, como siempre, numerosos medios de comunicación, que habían sido convocados por la familia Chavero, para ser testigos de esta reconstrucción, solicitada por la propia familia.

Buscar la verdad

Emilia Chavero rompió su silencio de tantos meses, (no hacía ningún tipo de declaración desde la detención de Eugenio) y habló con los medios. “Es un día fuerte y duro; pero tenía que estar aquí”, expresaba la hermana de Manuela, desde el minuto cero de su desaparición, adalid y cara visible en la reivindicación de la búsqueda de la verdad sobre lo ocurrido. “Me encuentro sicológicamente destrozada. Ha sido un crimen muy brutal. Manuela, esa noche lo tuvo que pasar muy mal, y eso lo tienes que ir asimilando”. “Tenemos que seguir luchando hasta el final, y lo único que le pido a Dios es, que se haga justicia”. 

Preguntada sobre la posibilidad de conocer la verdad tras esta jornada de reconstrucción, Emilia explicó que, “la verdad la sabemos todos”, con lo que la hermana de la víctima confía en que finalmente todo se esclarezca. En cuanto a encontrarse cara, a cara con Delgado, Emilia revela que incluso ha pensado “ir a la cárcel y preguntarle ¿por qué le ha hecho esto a mi hermana?, a una persona que se ha criado prácticamente con ella, que vivía al lado de su casa”.

Motivos de la reconstrucción

Verónica Guerra, abogada de la familia explicó que esta reconstrucción de los hechos ha sido solicitada por la familia de Manuela, como acusación particular, y por el Ministerio Fiscal. La finalidad, explicó la letrada, es “que el investigado cuente su versión de los hechos en el lugar del crimen, y de alguna manera, que a nosotros nos quede constancia de esas contradicciones que aparecen en la causa, y que lógicamente tienen que constatarse en el día de hoy”. Tampoco se ofrecieron muchos más datos. Solamente se explicó que “se intentará sacar la mayor información posible de esta prueba, que es una oportunidad para conocer los hechos”.  

La representante de la asociación Clara Campoamor, explicó que, el colectivo se persona, junto a la familia, “para hacer toda la fuerza posible”. Patricia Calina manifiesta que “están trabajando codo a codo, para ser una acusación más fuerte y conseguir una justicia, justa para Manuela, siempre desde el apoyo a las víctimas”. Del mismo modo expresó venir preparada con un “turno de preguntas”, de cara a poder esclarecer los hechos, “si fuera posible, y es colaborador”, para, de alguna manera “intentar sacar las contradicciones, para ver si conseguimos una confesión lógica y no llena de laguas y de incongruencias”.

¡Asesino, asesino!

Aunque llegó al lugar de la reconstrucción aparentemente tranquila, Emilia no pudo soportar la corta distancia que le separó de Eugenio, cuando este, acompañado por la comitiva judicial se acercó a la vivienda de Manuela. Con la voz rota, rompió el silencio del momento con gritos de "¡Asesino, lo vas a pagar. El pueblo no te quiere!".

Eugenio fue conducido nuevamente hasta su domicilio, cerrado a cal y canto desde el día de su detención, donde comenzó la reconstrucción de lo que pudo ocurrir durante la fatídica madrugada del 4 de julio de 2016.