Johana Andrea Aguilar, la mujer de 41 años hallada asesinada en un tramo del Camí Vell de la Mar, a las afueras de Borriana, el pasado jueves, día 22, fue estrangulada con unos leggins de su propiedad. La prenda seguía enrollada en torno a su cuello cuando fue encontrada y, según los forenses, el estrangulamiento se produjo frontalmente, aunque la víctima no tenía ninguna señal de lucha.

Una de las hipótesis que se barajan es que el autor del crimen olvidara retirarle las mallas del cuello, ya que esa prenda puede ser una pieza fundamental para identificar al asesino a través de posibles muestras de ADN de transferencia que pudieran haberse quedado impregnadas en el tejido cuando la anudó sobre la garganta de su víctima.

Johana Andrea, según el testimonio de su pareja, había salido la noche anterior de casa, sobre las 21.00 horas, y ya no regresó. Cuando un viandante halló su cuerpo tendido sobre el asfalto del Camí Vell de la Mar, a 400 metros del cruce con una de las arterias de entrada al municipio, llevaba horas muerta. Llevaba un pantalón de chándal, unas zapatillas deportivas, un suéter y un chubasquero de plástico rojo, con la capucha aún colocada, lo que ocultaba los ‘leggins’ con los que fue estrangulada.

De hecho, los forenses, en el informe preliminar enviado al Juzgado de Instrucción número 6 de Vila-real, que supervisa la investigación policial desde el inicio, ya fijaban la data de la muerte entre la noche del miércoles, 21, y la madrugada del jueves, 22.

Cocaína y fármacos

No es el único hallazgo relevante que incluye el informe. Los análisis realizados al cuerpo de Andrea Johana hablan de presencia de cocaína y de otras sustancias químicas, posiblemente de origen farmacológico.

De hecho, la autopsia será ampliada con un estudio de tóxicos que posiblemente realice la sede en Barcelona del Instituto Nacional de Toxicología para determinar qué cantidad de cocaína y de fármacos había en su cuerpo, y si el estrangulamiento se produjo cuando estaba bajo los efectos de esas sustancias, lo que habría anulado, o al menos minimizado, su capacidad de reacción.

El grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Castelló, que guarda un hermetismo absoluto en torno al caso, continúa mientras tanto tomando declaración a todas las personas de su entorno más próximo, así como a compañeros de trabajo, a vecinos e incluso, por segunda vez, al hombre que la encontró tendida en la parte derecha del camino, a escasos metros de una acequia y de un huerto de naranjos que su asesino no quiso tener en cuenta como opción para ocultar el cuerpo.

Además, siguiendo el procedimiento habitual, han realizado un estudio de cámaras entre el domicilio de Johana y el punto donde fue encontrado su cuerpo, separados por un trayecto de 1,9 kilómetros.

La pareja llevaba escasos cuatro meses en el inmueble, tras abandonar el ático en el que residían en les Alqueries, y no tenían relación con los vecinos. Algunos de ellos desconocían, incluso, que su vecina fuera la mujer hallada muerta con signos de estrangulamiento, en el camí Vell de la Mar la pasada semana.

Una fuerte discusión

Otros, sin embargo, todavía recuerdan el incidente que se produjo el pasado 4 de febrero, cuando bomberos y agentes de la Policía Local de Borriana tuvieron que acceder por la fuerza al piso ante un intento de suicidio de Johana Andrea Aguilar, que se encontraba sola en la casa e intentó acabar con su vida. "Nos asustamos mucho porque el despliegue de policía y bomberos fue importante. A ella se la llevaron en ambulancia", explicaron.

Al parecer, durante las Navidades del 2020 también se produjo en el domicilio un altercado entre la pareja que no pasó inadvertido entre el resto de los residentes, quienes escucharon "una fuerte discusión con gritos y golpes".

Familiares de Johana Andrea Aguilar vaciaron ayer por la tarde el piso que la fallecida compartía con su pareja en la calle Escorredor de Borriana. Recogieron todo tipo de enseres del hogar, tales como mantas, almohadas y ropa, y se marcharon con el coche cargado de objetos personales y sin querer hacer declaraciones.

Los vecinos, impactados por el trágico final de Johana Andrea, inciden en que, desde que se produjo el homicidio de la colombiana, no han vuelto a ver movimiento en la casa donde residía.