El hombre que ha confesado matar la niña Laia de 13 años en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) ha declarado que lo hizo estando drogado y creyendo defenderse de un ladrón que había entrado en su casa: "Si hubiera sabido que era una niña hubiera parado", ha contestado al preguntársele si notó la diferencia de corpulencia con el supuesto ladrón.

El acusado, de 46 años, que se enfrenta a una petición de condena a prisión permanente revisable, ha aceptado contestar al interrogatorio de la fiscal y al de su defensa pero no al de la acusación particular, y ha explicado que la tarde del crimen llegó a casa drogado, siguió consumiendo cocaína y se dio cuenta de que la puerta del piso estaba abierta.

"No puedo controlar mi mente y lo que se me ocurre es ir a la cocina y coger dos cuchillos. No sé cómo explicarlo. Estoy traumatizado por todo lo que me está ocurriendo, oigo ruidos en mi habitación y voy hacia allá con un cuchillo en cada mano. Abro la puerta y me encuentro una sombra. Y ustedes me dicen luego que es una niña", ha explicado sobre el momento en que mató a la menor al entrar al dormitorio, que estaba a oscuras.

Una vez en la habitación, ha explicado que la cogió del cuello creyendo defenderse de un ladrón, y que no recuperó la conciencia hasta mucho más tarde -después de quedarse "totalmente paralizado"- y recogió, limpió el piso y se duchó, según él para que su padre lo viera en buen estado cuando llegara.

"Por desgracia es lo único que tengo en mente: que tu padre no se entere de que estás drogado", y ha explicado que metió el cadáver y otros objetos en el armario de la habitación, y que se asustó al volver abrirlo porque es aprensivo con la sangre.

Ha asegurado que intentó confesar esa misma tarde pero "estaba desorientado" y no pudo llegar a la comisaría de la Policía Local, y ha afirmado que cuando los familiares que buscaban a la menor llamaron a su timbre abrió la puerta porque se creía inocente.

Niega la violación

También está acusado de violar a la menor antes de matarla, lo que ha negado ante el tribunal popular: "Nunca toqué a la niña en los genitales y creo que ha quedado claro que no hubo absolutamente nada".

Se ha referido a los informes de los forenses, que contaron que la niña tenía moratones en los genitales pero no detectaron restos de semen en la ropa de la niña y que, como estaba muy ensangrentada, no se podían detectar otros posibles restos, por lo que no podían aclarar si fue agredida sexualmente.

El jurado le ha preguntado por qué, entonces, la niña no llevaba pantalones cuando encontraron su cadáver: "Creo que durante el forcejeo quizás se desabrochó o rompió algo del pantalón, creo fue la manipulación al ponerla en el armario".

Drogadicción

La fiscal ha comenzado el interrogatorio preguntándole por la relación que mantenía con sus padres antes del crimen, dado que la defensa alega que estaba "desestabilizado por completo" por la inminente muerte de su madre, la mala relación con su padre y su hija, y el consumo de alcohol y drogas.

Ha contestado varias preguntas sobre sus relaciones personales con la voz quebradiza, y la fiscal también le ha interrogado por su consumo de cocaína el tiempo antes del crimen: "Viví en la calle. A cada lugar que llegaba siempre encontraba drogas y acababa fatal".

Ha afirmado que había tenido alucinaciones antes del crimen y que siempre intentó ocultar su adicción a las drogas, justificando así por qué no lo explicó a los médicos forenses durante la fase de instrucción.