La muerte de Olga, la mujer de 43 años, cuyo cadáver fue hallado el pasado martes en una acequia de Massarrojos, en Valencia, sigue siendo un misterio. Los resultados preliminares de la autopsia realizada al cadáver apuntan a un estrangulamiento, aunque la causa de la muerte todavía no es concluyente a la espera de más pruebas, según las fuentes consultadas por este periódico. El grupo de Homicidios de la Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación y centra sus pesquisas en unas posibles amenazas que recibió la víctima antes de que su familia perdiera toda comunicación con ella. Según el entorno de la fallecida, ésta envió desde su teléfono móvil un mensaje en el que afirmaba estar atemorizada por unas mujeres de la Malva-rosa, aunque se desconocen las circunstancias y motivos de esta posible amenaza.

Aunque el cuerpo sin vida de Olga no presentaba lesiones externas de violencia y las únicas escoriaciones que tenía eran compatibles con el lugar en el que fue encontrada —de golpearse contra la compuerta de la acequia estando ya en el agua—, esta posible amenaza de la que informó su familia tras denunciar su desaparición hizo que la hipótesis del homicidio cobrara fuerza. Más aún después de que la autopsia haya descartado que se trate de una muerte natural.

Un agricultor encontró el cuerpo de la mujer, que llevaba desaparecida cuatro días, el pasado martes hundido a un metro y medio de profundidad en una acequia de la pedanía valenciana de Massarrojos. Agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, rescataron su cadáver.

El juzgado de guardia de Valencia autorizó el levantamiento del cadáver y éste fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de València, donde se le ha realizado la pertinente autopsia. Por el momento no se han hallado lesiones que apunten a una muerte de etiología homicida aunque se está a la espera de más pruebas. De hecho, se han mandado muestras al Instituto de Toxicología de Barcelona para determinar la presencia de algún tipo de sustancia en el organismo de la fallecida.

Las primeras pesquisas tras el hallazgo del cuerpo, que inicialmente no estaba identificado, las realizó el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Moncada, pero finalmente ha sido el grupo de Homicidios quien ha asumido la investigación.

Familiares de la mujer presentaron el pasado sábado 3 de abril una denuncia por su desaparición en la comisaría de Trànsits de la Policía Nacional. Las investigaciones se centran ahora en el extraño mensaje que mandó la fallecida antes de su muerte por unas supuestas amenazas que habría recibido de unas mujeres de la Malva-rosa.