Catástrofe en Valencia

Una afectada en Paiporta: "Mañana podré despedir a mi padre después de una semana"

Marián Puertes vive en la apodada como calle del terror de Paiporta donde los vecinos temen que haya más cadáveres

Una médica organiza una cadena humana para repartir medicamentos a los mayores y hacerles curas o pincharles

Carmen Marí, otra vecina de la calle Florida, afirma que sus vecinos "la salvaron con unas sábanas: he vuelto a nacer", relata

Maria Puertes limpia las calles de Paiporta.

Maria Puertes limpia las calles de Paiporta. / J.M. V.

José Miguel Vigara

En la calle Florida de Paiporta, la rebautizada calle del terror porque los vecinos saben que hay cadáveres atrapados en los coches pero no se puede acceder aún, Marián Puertes acumula escombros y residuos en la puerta de su casa. Está sacando barro de la vivienda de su padre, una casa de dos plantas donde un tsunami de tres metros de agua sorprendió a su padre y lo arrastró.

Mientras trabaja en sacar restos de muebles y barro narra su historia. "Después de una semana por fin mañana podremos incinerar a mi padre. Está en el Tanatorio del Cementerio General de Valencia. Después de dos días de la catástrofe, los militares de la UME lo pudieron sacar. Fuimos a la Comandancia de la Guardia Civil en València y nos hicieron las pruebas de ADN. Lo identificamos y lo llevaron al Tanatorio de València".

En la calle de al lado, en la Calle Lepanto, su prima está sacando barro y agua. "Su madre también ha fallecido. Las dos se quedaron cogidas en una ventana y pidieron resistir a la riada. Pero mi tía, al ser una persona mayor se fue yendo poco a poco por el frío y la hipotermia."

"Vamos a tardar mucho tiempo en recuperar la normalidad. Todo el comercio ha quedado arrasado y es una lástima porque el comercio y el pueblo estaba en un buen momento", explica esta mujer con una entereza sobrecogedora.

Y es que en Paiporta, en el barrio cercano al barranco, hay decenas de historias que rompen el alma.

Carmen Marí, rescatada con sábanas por sus vecinos

En la misma calle, Carmen Marí, vecina de Paiporta y de de 68 años de edad, relata cómo la sorprendió la riada y un coche estuvo a punto de aplastarla."Todo ocurrió tan rápido que no dio tiempo a nada. A mi madre", una anciana "la sacamos como pudimos con una silla". Carmen relata al volver hacia casa de su madre, "estuve a punto de morir". Una ola gigante golpeó un coche hacia donde ella estaba: "Estuvo a punto de empotrarme en la pared. En la calle, cuando ya tenía el agua al cuello, me subí a una ventana y me agarré a los cables de la luz, los que están en la fachada. Ahí, cogida en la ventana, me rescataron mis vecinos con sábanas. Me tiraron las sábanas y fueron tirando de mí".

Junto a Carmen, estaba una médica de profesión que vive en una de las calles de Paiporta. "Una vez que he conseguido sacar barro y agua de mi casa, estoy organizando rutas a pie por la calle para llevar ayuda a los mayores y para curarlos. Tenemos muchas personas con movilidad reducida que necesitan su medicación y no tienen fácil poder salir. Por eso, hemos cogido una mochila con antibióticos y otras medicinas, y estamos acudiendo casa por casa para curarlos. Por ejemplo, pequeñas heridas o llagas que requieren curas". También añade, "nos hacen falta enfermeros para pincharles a personas mayores la insulina y otros medicamentos".

"A mi madre la rescató un bombero de Catarroja, de la azotea"

Otras dos mujeres jóvenes de Paiporta, Nieves y su hermana Zaida Bosch entraron en coche hasta la zona del polígono y aparcaron. Su madre vive en la calle Lepanto, que junto a Florida, 9 d'Octubre, Marqués del Túria, Portugal, Lluís Vives, Barranc y Balmes están devastadas por la riada. Ambas hermanas cuentan que gracias "a un bombero de Catarroja que vino a ayudar, como voluntario, mi madre está viva. Este ángel bueno se nos apareció", comenta Zaida. Por su parte, Nieves apunta que su madre "fue rescatada en el tejado de su casa por la UME tras ponerla a sa:lvo este voluntario"."Hasta el sábado -relata Nieves- nopudieron rescatarla. Mi madre es la sobrina y mi tía abuela vive en un bajo. Mi madre ayudó a la otra mujer más mayor. Pasaron la noche en una azotea. La rescatamos gracias a este bombero de Catarroja trajo su todoterreno particular porque ha tardado mucho en venir el Ejército". Estas dos vecinas de Paiporta reiteran que la mayor parte de los rescates se hicieron "entre los vecinos y los voluntarios". Hoy, y desde hace días, los vecinos chapotean sobre "medio metro de barro". La nota más humana es que "han venido cuatros por cuatro de toda España a sacar barro, y a traer alimentos y agua a la población". "La gente joven y también la UME, que se han volcado en las casas bajas de dónde han sacado cadáveres", lamentan.

Montañas de enseres, muebles, colchones, coches...

En las calles Lepanto y Florida de Paiporta hay montañas de enseres, muebles, coches, colchones, somiéres... acumulados en las puertas de las viviendas, la mayoría casas de pueblo, de dos alturas que se vieron inundadas. También en esta zona, y en el resto del pueblo, ha habido mucho daño en los negocios, las tiendas y los talleres, que se vieron arrasados por el agua, que marcó hasta 2 metros de altura, como señalan el dueño y los trabajadores de Talleres Copi. Y el fango y el agua que lo llena todo hasta cubrir casi a la altura de las rodillas. Bien es cierto que en la calle de la banda Primitiva, el carrer Lluís Vives ya han conseguido despejar las montañas de muebles viejos y de coches, sin embargo, en Lepanto y Florida esto no ha sido posible. Están trabajando los militares con maquinaria pesada, los propios voluntarios con cepillos, cubos y palas y también los voluntarios que han llevado palas y excavadoras.

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